La emergencia de la epidemia de Influenza exacerbada por el gobierno mediante los comunicadores que se prestaron a crear desconcierto, sirvió no sólo para aprobar dictámenes que pasaron casi de noche por el senado, como el de la autorización para cargar cocaína y mariguana, en un país donde está prohibido fumar tabaco en lugares cerrados.
La campaña contra el virus sirvió también para poner cortinas de humo al informe de la organización internacional Human Rights Watch, HRW, que ha documentado ataques a la población civil por parte del Ejército, sin que haya juicio contra los responsables de las violaciones a los derechos humanos.
El informe detalla “16 crímenes atroces cometidos por militares contra más de 70 víctimas”, según establece la nota publicada en el periódico El País, en su versión digital el sábado 23 de mayo de este año.
Y lo más grave es que desde hace 10 años la justicia militar no ha condenado a ningún soldado u oficial por tales abusos y tampoco se permitió que los tribunales civiles lo hagan.
En México de todos es sabido que los militares se rigen bajo sus propias leyes, son una clase privilegiada por los gobiernos no importando su filiación política.
Así es como desconocemos todo lo que ocurre al interior de la organización militar y las muertes de civiles ocurridas durante el despliegue contra la delincuencia organizada es tema cerrado antes de juzgarse.
De acuerdo a la nota de El País, entre los casos documentados por HRW está la desaparición de tres personas de Nuevo Laredo, Tamaulipas, para lo cual no hay respuesta por parte del Ejército Mexicano.
En la nota se alude a la violación de cuatro mujeres menores de edad en Michoacán ocurrida a principios del mes de mayo de 2007. Los soldados además de violar a las cuatro jóvenes detuvieron ilegalmente a 36 personas y asaltaron más de 30 casas robándose los objetos de valor.
El informe de esta organización internacional debe poner la alerta sobre lo que está ocurriendo en nuestro país, donde la lucha contra los delincuentes es justificación para violar los derechos de personas inocentes.
Y ahí no acaba todo, ahora el Ejército Mexicano está buscando que se le blinde contra estas denuncias y que no le afecten. ¿Permitiremos que soldados y oficiales aprovechándose de su poder no sean sujetos a la justicia como el resto de los ciudadanos que violan las leyes?
HISTORIAS AFORTUNADAS
Lo que empezó como una acción muy cuestionada se transformó en algo positivo para las familias que ganaron las camionetas Hummer que rifó Elba Esther Gordillo.
Bueno, por lo menos el dinero de las cuotas sindicales con las que se compraron los vehículos volvieron de alguna manera a las manos de los ciudadanos con la entrega de las camionetas, como es el caso de un maestro rural o una niña de cinco años cuya familia está muy necesitada.
Mientras que el hermano del gobernador de Coahuila, quien por cierto dirige a los maestros en ese Estado, decidió donar la camioneta que obtuvo a dos instituciones de beneficencia.
Ahora hay que estar al pendiente si el dinero recabado se va al compromiso que contrajo Elba Esther con las escuelas que requieren apoyo.
FALLECE EL LIC. GARZA RIVAS
Después de varios días de convalecencia, debido a una trombosis cerebral, falleció el licenciado Eduardo Garza Rivas, quien se desempeñaba como titular del Instituto de Mediación de Tamaulipas.
Este es el segundo fallecimiento ocurrido dentro del equipo estatal, el primero fue el de Joaquín Contreras Cantú, quien era secretario de Educación.
Hoy será el sepelio del licenciado Garza Rivas, y se espera que esta misma semana se cite a reunión extraordinaria del Consejo directivo del IMET para determinar quién sustituirá a quien también fue procurador de Justicia.
Ives Soberón Mejía, secretario Ejecutivo del Consejo, se perfila para quedarse con la titularidad del Instituto, pero tendrá que esperarse dos meses a que cumpla 30 años, ya que esta es la edad reglamentaria para ser nombrado responsable del IMET.
Descanse en paz el licenciado Garza Rivas, quien a lo largo de su trayectoria ocupó cargos tan relevantes como la rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
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