“Hugo, te he querido hablar para tres cosas”, se disculpó ayer Erick Rodríguez (QEPD) cuando le marqué para saludarlo. Eran las 6:13 pm del jueves 1 de febrero pasado.
La última vez que lo vi en persona fue el sábado 16 de diciembre en la CDMX afuera de los hoteles de Tigres y América, la noche previa a la gran final.
Y continuó: “Lo primero que te quiero decir es que me disculpo por no haber ido a la fiesta de tu cumpleaños, es que había partido de Rayados; lo segundo es que me gustó mucho tu columna sobre Alejandro Salas por su jubilación, y lo tercero sobre la despedida que le hiciste en El Pilo’s. Eso habla muy bien de ti”.
Sus palabras me llegaron al corazón. Como la noticia de su adiós este mediodía.
Lo conocí en 2019 cuando te entrevisté para un trabajo de maestría en periodismo deportivo que fue un materialista exclusivamente escolar. A los pocos meses saliste de El Norte y sabía perfectamente quién eras y de tu gran trayectoria. Pero desconocía al gran ser humano.
Luego te ofrecí, con mucha pena, un ingreso de free lance en Hora Cero que aceptaste, y que no quisiste dejar cuando entraste al ABC. Siempre te sentiste y fuiste de la casa.
Ese jueves primero de febrero hablamos largo por teléfono y me dijiste, emocionado, que ibas a cubrir el Súper Bowl.
Y hoy Erick Rodriguez supimos que te fuiste en silencio. Quedó pendiente irnos a desayunar como habíamos planeado. Y debes saber desde el Cielo que tus amigos lloramos tu inesperada partida.
Publicaciones de Facebook del 1 y 2 de febrero.