El perredismo tamaulipeco vive lo que todos los partidos en el país están pasando, la falta de compromiso con su militancia y los intereses creados que nada tienen que ver con responder a las promesas contraídas con sus votantes.
El pleito entre Sosa Pohlistas y los Chaviristas nos indica que al igual de el Partido Acción Nacional y el Revolucionario Institucional estos organismos políticos se han vuelto propiedad de grupos que se aprovechan de los recursos económicos para fortalecer su poder.
Los partidos políticos en México hace tiempo dejaron de responder a las necesidades de la ciudadanía, como en su tiempo se vanagloriaba el PAN, de que quería llegar a gobernar para instrumentar el cambio, sí efectivamente hubo cambio, pero siempre a su favor, no el de la mayoría.
Los partidos son cotos de poder para manejar el erario público, recordemos que reciben cifras millonarias para mantener sus actividades aunque no haya elecciones.
Es muchísimo dinero el que está en juego, por eso se pelean públicamente, como sucedió aquí en Ciudad Victoria esta semana entre los perredistas.
Imagínese lo que significa disponer de cantidades millonarias sin que nadie fiscalice a dónde van a parar.
La existencia de los partidos políticos se convirtió en México en la mejor manera de controlar a grandes grupos sociales.
Por ello se está insistiendo en que se autoricen las candidaturas independientes, como existe en la legislación estadounidense, porque eso permitiría que ciudadanos sin filiación política puedan participar como candidatos a algún puesto de elección popular.
Los partidos saben del peligro que representaría para su supervivencia el que se autorice esta figura, porque ese candidato independiente no le deberá a algún partido su arribo al poder.
Eso significaría que habría mayor independencia de criterio y no se respondería que las necesidades de los miembros de un partido y su dirigencia.
Los partidos políticos están rebasados en México y no hay manera de que mejoren, al contrario, las alianzas sin importar si son de derecha o de izquierda nos indica lo desbrujulados que están, pero eso sí, sus dirigencias no están dispuestas a dejar que alguien les robe su lugar, por eso se pelearon Mario Sosa Pohl y Francisco Chavira, no quieren perder su gran tajada de dinero y poder.
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