Tanto nos han vendido la idea los “American Pickers” (Cazadores de Tesoros), Mike Wolfe y Frank Fritz que se la pasan viajando en su camioneta Van visitando cientos de ciudades, “rescatando” antigüedades y haciendo fortunas, que pos nosotros nos unimos en esa aventura.
Por si no han visto la serie de History Channel con 22 temporadas, ellos encuentran un letrero antiguo y lo compran para después revenderlo en su tienda en LeClaire, Iowa.
Lo que sorprende es el conocimiento que tienen de los objetos, que reconocen un motor antiguo de una motocicleta Harley-Davidson del ’57, que compran para después mandar armar y ganar una fortuna.
En ocasiones se adentran a ranchos antiguos, con cientos de objetos amontonados, de algunos “Acumuladores Compulsivos”, que es considerado un trastorno, pero ese es otro programa de A&E (Arts & Entretainment) muy interesante porque esas personas piensan que sus objetos guardados son de gran valor y algún día se recuperarán con la venta.
Algo así como los jugadores que padecen ludopatía y sueñan que la próxima apuesta será la buena, pero nunca acaban por dejar su adicción.
Volviendo con los programas de coleccionables, están “¿Quién da más?” (Storage Wars) donde uno de los protagonistas Dave Hester se hizo popular con su grito de “Yuuup!” para comprar una subasta y vencer a veces a sus compañeros Darrell Sheets, Jarold Schultz o Barry Weiss.
El programa lleva 14 temporadas y nos muestran subastas de almacenes abandonados, llenos de objetos y algunos con “tesoros” que pueden ser aparatos eléctricos, monedas antiguas o muebles.
Si sabes, en Texas o en otros estados cuando la gente no tiene donde almacenar sus objetos, ya sea porque no le caben en las cocheras de sus casas, optan por rentar una bodega, pero finalmente al no pagarla puntualmente, la pierden con todo lo que estaba adentro.
“Yo me gané una subasta con 45 dólares, sí existen en McAllen y son iguales a los de la televisión”, dijo el domingo un locatario de la Pulga de la 23, ubicada atrás del aeropuerto internacional de McAllen.
En el local que está abierto, expuesto al polvo y lluvias, ofrece herramientas usadas, cámaras viejas de cine, películas DVD y Blue-ray, así como latas vacías de aceite o de cera para zapatos, monedas y juguetes sin abrir de McDonalds.
Por cierto con mi brother Lacho “juimos” a la Pulga del Álamo en domingo. Una locura. Batallamos para encontrar estacionamiento y adentro lo hicieron “muy nice” con puestos techados y me pareció que había mucho ruido, lo mismo había una sala de baile con música ranchera, y en el exterior un ruidazo a todo lo que da. Prefiero más mejor la Pulga Hidalgo o la Pulga de la 23.
Si me preguntan por la Rosa María, ella es fan de visitar estos lugares, donde ha comprado hornos eléctricos, ollas de coción croc-pot, alfombras y hasta un clima movible. Todo nuevo.
En la Pulga de la 23 me sorprendió el lugar, debes ir los domingos y te cobran 25 centavos la entrada. Debes saber que hay locales con la mercancía en cajas en el piso.
Si no eres joven, pos cuidado con la espalda porque tendrás que agacharte para revisar todos los libros, artefactos, óleos, lámparas y cientos de juguetes, que muchos están algo maltratados. Entonces con algo de paciencia como Mike y Franz los llevarás con el encargado y preguntarás su costo. Si está a buen precio o si es una “ganga” los comprarás. También puedes pagar con la morralla que te sobra de tus compras en La Plaza Mall.
Pos otro programa que tal vez hayas visto es “El Precio de la Historia” (Pawn Stars), con 19 temporadas, donde protagonistas Rick Harrison, Richard Benjamin Harrison (recientemente fallecido), Corey Harrison y Austin Russell conocido como “Chumlee”.
Ellos reciben a quienes desean vender sus antigüedades en la tienda Gold & Silver Pawn Shop, en La Vegas.
Ahí llevan documentos y libros antiguos, tarjetas deportivas coleccionables, carabinas de la Guerra Civil, chamarras de artistas que son ofrecidos para “vender o rentar”, pero casi todos prefieren la venta, que siempre piden la opinión de un experto, quien corroborará si la pieza vendida es real o se trata de una firma que no es autentificada.
Varias tiendas de remate se han colocado acá cruzando el puente internacional Reynosa-Hidalgo. Una de ellas es “Black Friday”, donde hay quienes madrugan el jueves en la noche para encontrar grandes ofertas en la arrebatinga.
Empiezan con 8 dólares el viernes, y bajan los precios a 6, 4, 2, 1, para llegar a .50 centavos el miércoles.
“Yo compré una tienda de campaña, un aparato detector de metales y otras cosillas”, confesó un visitante, quien se quedó a dormir la noche de un jueves.
Yo he ido cuando casi no hay nada que escoger, salvo cubrebocas, libros para colorear o alguna camiseta, que ya saben la Rosa María lava y relava pa’ quitar los gérmenes.
Conforme pasa la época del Covid-19, la gente ya no usa cubrebocas en el Valle de Texas, salvo en los buses del Metro que te obligan hacerlo, y en alguna tienda que te “recomiendan” portarlo.
En la Pulga Hidalgo ves a mucha gente que ya no lo usa. Por si las moscas, mejor llévalo, no vaya a ser que en algún local te encuentres a una personas que tenga el bicho y pos pa’ que te cuento… ya eres una estadística más de los positivos del Coronavirus.
Como dijo mi amá Esther (de cariño): “Prietooooo… si sales a la calle, mejor ponte cubrebocas, pero doble”.