De no ser por los fenómenos naturales y la delincuencia, podría decirse que el principal enemigo de la actual administración federal panista son los jubilados y pensionados.
Hace apenas unos días, la Secretaría de Educación Públicas filtró a los medios de comunicación los resultados de un estudio donde se asegura que varias universidades del país necesitan “con urgencia” reformar sus sistemas de jubilaciones y pensiones, o de lo contrario enfrentan el “colapso económico”.
Entre las instituciones con estos supuestos problemas se ubicó a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, algo que no le cayó nada en gracia a su rector, José María Leal Gutiérrez, quien de inmediato aclaró que el único problema de dinero que tiene la UAT es el que “pichicatea” el gobierno federal.
Entre las posibles soluciones al colapso universitario que se proponen, está una inmediata reforma al sistema de pensiones, donde los trabajadores no puedan retirarse sino hasta que cumplan o 65 años de edad o 40 de servicio.
Pues bien, ahora resulta que el presidente de la República, Felipe Calderón, nos sale con que el IMSS ya no tiene dinero para pagarle su dinero a sus pensionados, que para cómo van las cosas sus reservas se acabarán para el año 2012 y, por lo tanto, se necesita una urgente reforma al sistema.
Pareciera que este gobierno no entiende que hay cosas con las que simplemente no se puede meter, menos ahora en que la gente tiene miedo, coraje, frustración y hasta hambre, todo metido en una olla exprés herméticamente sellada.
Ahora resulta que los jubilados y pensionados -ésas personas que dedicaron toda su vida a trabajar, no como otros-, son los culpables del colapso financiero de la seguridad social en México.
¿En dónde queda la responsabilidad del obeso aparato sindical del IMSS, que solapa irresponsabilidades, maltratos y corrupción en contra de la derechohabiencia?
Porque no sé sí mucha gente lo sabe, pero tener una plaza en el Seguro Social es algo así como sacarse la lotería, pues no importa lo inepto o corrupto que pueda ser un empleado, nadie lo puede correr.
Y para muestra un botón. Hace tiempo en una delegación tamaulipeca un trabajador sindicalizado, con plaza de auxiliar de oficina y una gran habilidad trepadora, fue escalando posiciones hasta que un día llegó a ocupar la jefatura de un departamento… creo que fue de Auditoría.
Pues bien, como este personaje sólo era bueno para andar de grillo y lambiscón, era muy frecuente que cometiera errores en su trabajo. Las cosas se volvieron tan intolerables que a sus jefes no les quedó más opción que separarlo del puesto.
Sin embargo, no lo pudieron correr… después de todo tenía una plaza, por lo que tuvieron que regresarlo a su puesto de auxiliar de oficina.
Para hacer las cosas peor, este personaje tuvo la brillante idea de demandar al instituto por despido injustificado (o sea por separarlo de su cargo de jefe de departamento) y como los abogados del IMSS son más malos que la carne de puerco en Cuaresma, pues no ganan ni un solo juicio, este auxiliar de oficina ganó su demanda y recibió una compensación económica de más de un millón de pesos por concepto de sueldos caídos e indemnización.
Casos como éstos se repiten por todos los puntos del país y las pérdidas que el Seguro Social sufre por concepto de juicios se suman en los millones, ya que sus equipos legales nunca ganan sus casos… es más en algunas ocasiones ni siquiera los atienden.
Cuando vemos estos niveles de ineficiencia y fuga de capital, podemos entender o que alguien le está contando medias verdades al presidente de la República, o que la actual administración tiene algo en contra de los jubilados y pensionados.
La verdad yo le creo más a la segunda opción.
diasdecombate@hotmail.com
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