Inglorious Bastards, 2009
Netflix
Quentin Tarantino, dios del cine pop, estaba obligado a hacer su propia fantasía de nazis y lo hizo con maestría. Aunque se repite en formato y en diálogos, la anécdota es una exquisita pieza de entretenimiento inteligente y muy bien documentada. Como gran escritor, crea una anécdota tremendista en la que el mismísimo Hitler se involucra, como víctima propicia de un grupo de temerarios soldados de los ejércitos aliados que se organizan para eliminarlo.
Brad Pitt comanda a los bastardos, que pasan por una serie de situaciones cada vez más pintorescas, exhibiendo humor fúnebre, para ir avanzando entre las líneas enemigas, en base a engaños y triquiñuelas hasta llegar a un gran final, como homenaje macabro de Cinema Paradiso, en la que se resuelve la suerte de todos los personajes, dispuestos a inmolarse para que desaparezca la mayor amenaza en el planeta.
El gran personaje es Christoph Waltz, en su papel inolvidable del frío Hans Landa, un general alemán y políglota que parece un hipnotista en sus interrogatorios para conocer la verdad.
Es una gran aventura, hiperviolenta.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
@LucianoCamposG