En estos tiempos de modernidad, no importa si estás muy preparado o si sabes “muncho”, lo que se valora es que sepas mentir sin que los demás se den cuenta.
Si no pregúntenle a nuestro querido “Peje”, que ataca a los médicos porque son neoliberales, incluso a quienes pertenecen a la UNAM.
Ahora resulta que quienes se esforzaron por estudiar, por sacar una carrera que les garantice su bienestar son neoliberales, y para el presi eso es malo.
Nuestros padres que hicieron un esfuerzo por pagar nuestros estudios, apostaban a un mejor futuro para sus hijos para que tuvieran carreras universitarias y pudieran salir adelante. Es cierto, eso no garantiza la riqueza, depende de ciertos factores que impliquen que todo se conjunte para bien.
Por eso la Rosa María hizo un gran esfuerzo por cruzar todos los días el puente internacional para que su hijo tuviera una carrera. Y lo hizo bien.
Sabemos de antemano historias de gente que salió del rancho y llegó a la ciudad, sin estudios, y supo progresar en base a su tenacidad. Esos también son neoliberales. Para el presidente primero son los pobres y a ellos les da apoyos, para que puedan estudiar y a la larga tener cierto progreso económico.
Pero no es suficiente: Cerca del 70 por ciento de la población recibe al menos un apoyo de los programas sociales del gobierno federal y el 30 “los que están hasta arriba (los ricos, según él) también reciben beneficios de manera indirecta porque se está impulsando el desarrollo económico”.
AMLO el mismo que llamó a 500 médicos cubanos quesque los de aquí no jalan bien, porque no quieren ir a determinados lugares por miedo a la violencia.
Ya por las redes los doctores mexicanos, que les exigen una constante certificación, están perdiendo fuentes de trabajo.
Falta ver si en verdad los cubanos irán a trabajar a Badiraguato, Sinaloa, o algún pueblo inseguro de Michoacán como Nueva Italia.
La cantaleta de acabar con la corrupción fue la bandera de Andrés Manuel desde su candidatura, a pesar de situaciones donde sus hermanos Pío y Martín recibieron “ladrillos” de billetes, pero que él mismo llamó a esto como aportaciones al partido.
Lo digo sin abundar a la ventaneada que le dieron a su hijo José Ramón por vivir en una casona en Houston, gracias a los contratos que le dio Pemex a Baker Hughes, pero “los periodistas son corruptos y quieren presionar”.
Su afán por apoyar al aeropuerto de Santa Lucía, un elefante blanco en donde las aerolíneas no quieren llegar, dejó en claro que alguien dice mentiras.
El nuevo programa de Netflix, Bulls*ht (perdón por mi francés) donde se realizan preguntas de cultura general a los concursantes, lo que no importa es saber la verdad, sino convencer a tres personas que te crean.
El presentador Howie Mandel, conocido por programas de concursos como “Deal or not Deal” (trato o no trato) los dirige en su búsqueda del millón de dólares siempre y cuando superen 10 preguntas.
Como los buenos políticos de Tamaulipas si no saben la respuesta a alguna pregunta no pasa nada, tratarán de vender la idea que dicen la verdad.
Hablando de trucos para decir la verdad, César “Truko” Verástegui tratará de convencer al electorado de que no es corrupto: “Tendremos mejores hospitales, medicamentos y médicos en nuestros centros de salud”.
Con su coalición “Va por Tamaulipas”, el PRI, PAN y PRD, harán la propuesta de continuar con la labor controvertida del gober Francisco Javier Cabeza de Vaca.
Con el Movimiento Ciudadano (MC), Arturo Diez promete “Comenzar de cero” para lograr cambiar a “Tamaulipaz”: “necesitamos regresar los valores a los jóvenes”. Habrá que verlo.
En estos tiempos en que la raza salió decepcionada del gobierno del PRI, cambió al PAN y ahora quiere darle una oportunidad a Morena.
Américo con la coalición “Juntos Hacemos Historia”, conformada por los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Verde Ecologista de México (PVEM) y del Trabajo (PT) pide “Votar por la transformación” promete hacer algo diferente: “Recuperaremos el orgullo de ser tamaulipecas y tamaulipecos”.
En esto del juego electoral, es como la serie Bull*hit, que los gringos usan esta mala palabra para decir “¡mentira!”.
La raza tendrá que leer sus gestos, revisar su comunicación no verbal y como en el programa de preguntas de Netflix tomar su decisión.
¿Quién dice la verdad? O más bien ¿quién convencerá a la población a pesar de sus mentiras? Lo sabremos este domingo 5 de junio.