El tema del derecho al voto por parte de las mujeres mexicanas es analizado cada año en este mes, porque se cumple otro aniversario en que el ex presidente Adolfo Ruiz Cortines hizo justicia al modificar la ley para el sufragio femenino.
La senadora del Verde Ecologista, Ludivina Menchaca Castellanos, hace un año en un boletín del Senado de la República habla acerca de esto y nos llama la atención lo que dice respecto a cuáles son las mujeres que han logrado colarse a un mundo que antes era santuario masculino, es decir, al de la política.
Ella señala que la participación de las mujeres en política es muy pequeño aún y se limita a un sector muy focalizado, se trata dice, “de mujeres jóvenes, regularmente blancas, de zonas urbanas, de clase media y alta con educación universitaria”.
La senadora por el PVEM añade que la participación de estas mujeres, jóvenes en su mayoría, es más bien en puestos de elección popular, que en lugares importantes de la administración pública.
Tamaulipas es un buen ejemplo de lo que dice la senadora.
Aquí actualmente no hay ninguna mujer en el gabinete estatal, desde que Mercedes del Carmen Guillén Vicente salió de la procuraduría estatal, no han nombrado a alguna otra para ocupar una secretaría.
Esa ausencia de la visión femenina en el ejercicio del poder y de la toma de decisiones es muy notoria. El gobierno estatal es como el Club de Tobi, donde no se admiten mujeres.
De acuerdo a lo que dice la senadora hay una división que vale la pena destacar, mientras poco a poco las mujeres han incursionado en la vida política en puestos de elección popular, no han podido dar el paso adelante en cargos importantes en la administración de los tres niveles de gobierno.
Hay, sí, algunos avances a nivel nacional, pero son tímidos, como que todavía a las mujeres nos cuesta creernos que podemos con el paquete y pareciera que no estamos dispuestas a dejar el rol tradicional y conservador que ostentamos desde siglos atrás.
Y pareciera también que estamos buscando la aprobación masculina, o en peores casos tenemos que esperarla y los hombres la otorgan como graciosa concesión, cuando se ven obligados por ley los partidos políticos a incluir a mujeres en las candidaturas a puestos de elección popular.
También es cierto lo que dice la senadora en el sentido de que las mujeres que participan en política sus características corresponden a la clase social acomodada, si no rica, al menos con recursos económicos.
Esto es, no cualquier mujer tiene acceso a esos niveles políticos.
Entonces hay todavía muchos obstáculos por vencer para que el Club de Tobi admita entre sus miembros a mujeres ¿y por qué no?, en un futuro podríamos pensar en una fusión de esta organización con el de la Pequeña Lulú.
LA FRASE
“No me quiero ir de gobernador hasta que todos los tamaulipecos tengan un beneficio de mi gobierno”, palabras de Eugenio Hernández en el festejo de su cumpleaños número 49.
Usted amable lector, saque conclusiones.
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