El régimen actual, perdido en el mar de la incompetencia, buscó pero no encontró una solución a la corrupción imperante en nuestro trastocado México, bañado en sangre de hermanos con o sin problemas a la ley de los humanos, pero ya todos juzgados por la ley divina.
Ni al inicio de esta guerra ni ahora, se sabe contra qué se pelea, nadie conoce los enemigos, su número, localización, distribución, desplazamientos, modus operandi, en fin nada.
Al desconocer contra qué se pelea se cae en la inoperatividad efectiva y esto sólo conduce al fracaso.
El régimen azul fracasó en todo, puso a niños catedráticos de secretarios de Estado, sin roce alguno con los problemas internos y externos, con cero en conocimiento. Dos de ellos murieron en circunstancias nunca aclaradas del todo y el único que sabía mejor se fue al Banco de México por lo que hoy todos sufrimos las consecuencias, el país está desecho.
Cuando el sexenio está por terminar –gracias a Dios–, surgen interrogantes sustantivas en plena efervescencia política.
A la justicia mexicana –digámoslo así–, se le ocurre perseguir a dos ex gobernadores de Tamaulipas, Tomás Yarrington Rubalcaba y Eugenio Hernández Flores quienes terminaron sus períodos gubernamentales hace años.
Desconozco si son o no culpables, no soy quién para juzgar, pero ¿por qué hasta ahora?
¿Por qué lo hacen hoy, que las opiniones ciudadanas reprueban los regímenes azules por malos, ladrones –alguien dice que tienen uñas hasta en las axilas– desordenados, sin rumbo ni camino que silencie dicha aseveración, cuando ya todo está perdido?
Haciendo coro, los candidatos del PRD y la señora del PAN se han cansado de denostar al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Le achacan todas las triquiñuelas cometidas por el Revolucionario Institucional.
El presidente Calderón le puso más leña al fuego y de su pecho le sumó algunas lindezas que me parecen fuera de momento y sobre todo faltas de actualidad, porque si alguien puede verdaderamente causarle un serio problema al mandatario no es Peña Nieto y él lo sabe, es el Peje, que aún guarda en sus entrañas el famoso robo que le fabricaron en las urnas hace 6 años.
Yo agregaría que el PRI ya no es el del “carro completo”, ni de aquel que sólo se hacía lo que le viniera en gana.
Durante los setenta años de predominio PRI –aceptado por todos– hubo bueno y malo, pero la suma de aquello es el México actual, recordemos a Lázaro Cárdenas, a Ruiz Cortines, a López Mateos, al mismísimo Díaz Ordaz, a Zedillo, todos ellos estupendos presidentes pues no todos han sido “iluminados” como López Portillo o Carlos Salinas.
A Enrique Peña se le critica su vestir, su copete, su olvidadiza mente en cuestiones culturales, pero nadie lo tacha de ineficiente, ni de ladrón, ni de tonto, si tuviese algo verdadero en su contra, los mastines contrarios ya lo hubieran hecho pedazos, el PRD se ha valido de todo, del 132 –creado por ellos– en las gráficas, hay “estudiantes tan vetustos” que tienen canas en los Bigotes y seguramente en el florero, es decir provocadores profesionales, no son etarras como los azules, pero tampoco son mexicanos, vienen cobran y se van, utilizan a los estudiantes.
Sabemos que el PRI tiene que cambiar, todos lo sabemos, ya lo hemos dicho, requiere adecuarse al nuevo milenio y siglo, a las transformaciones, pero de los triunfos y errores del PRI ¿Qué tiene que ver Peña Nieto en ello? en los primeros no existía y en los restantes era un niño! Ladran porque es la voz que reconocen y EPN es el candidato a vencer, aunque a decir verdad ¡Creo ya están vencidos!
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