Para mucha gente las crisis son la oportunidad de renovarse, de ser creativos y formarse nuevas metas.
Para otros, las crisis son la terminación de sueños y a veces, hasta la destrucción de la vida.
En ocasiones es conveniente dejarse llevar por la corriente de la crisis para dejar a un lado obstáculos que nos limitan, llámense, personas o actitudes y comportamientos.
Para un gobierno el período crítico es el momento de sacudirse elementos y prácticas que sólo entorpecen su actividad.
En el caso del gobierno de Felipe Calderón es posible que éste sea el tiempo adecuado de redireccionar su quehacer y aligerarse la carga de elementos que sólo roban energía y no cumplen con su trabajo.
Es la oportunidad de deshacerse de secretarios y directores de área inútiles que incluso están corrompidos por intereses oscuros.
Aunque ya empezó la limpia en la PGR, ese proceso debería extenderse a otras dependencias del gobierno federal.
A nivel estatal, la crisis económica y de inseguridad que priva en Tamaulipas es un buen momento para hacer el recuento de los daños, como dice la canción de Gloria Trevi y evaluar el desempeño de aquellos a quienes se les está recortando el sueldo, para, según señala el titular del Ejecutivo, hacer frente a la crisis económica.
En el vecino país, los períodos de cuatro años en el gobierno federal no es cosa fortuita.
Los estadounidenses someten a una nueva elección a sus gobernantes, porque así les hacen recordar que son humanos y que cometen errores, muchos de los cuales afectan a millones de seres en el mundo.
En México con las administraciones sexenales pasa que los últimos dos años especialmente, algunos gobernantes pierden la cabeza, se creen infalibles y a otros les entra la apatía y la costumbre.
La situación que priva a nivel internacional y que afecta a nuestro país y por ende, a Tamaulipas llegó en un buen momento, cuando la actual administración lleva casi cuatro años.
Esta tal vez es la oportunidad de que el cambio en la procuraduría, se extienda a otras áreas del quehacer gubernamental.
La actual administración no se ha caracterizado por imprimir nuevas dinámicas conforme el sexenio ha ido transcurriendo, pero nunca es tarde, si es que se quiere cerrar bien.
Por ello la crisis económica y de seguridad que vivimos en Tamaulipas, es el instante que no debe perderse y que lleve a una reflexión profunda sobre lo que se está haciendo mal para corregirlo.
Y que el cambio en la procuraduría no se vea sólo como un preludio del festejo de Halloween donde resucitar muertos es la práctica común.
LA SUERTE ESTÁ ECHADA
Seguro que hoy viernes el Congreso estatal aprobará el nombramiento de Jaime Rodríguez Inurrigarro como nuevo procurador.
La Procuraduría es la que más cambios de titular ha registrado dentro del equipo geñista. Primero estuvo Mercedes del Carmen Guillén Vicente, después Aníbal Pérez Vargas, luego José Guadalupe Herrera Bustamante y ahora Rodríguez Inurrigarro.
Tendrá el ex titular de la Fundación Colosio los ímpetus necesarios para terminar el sexenio.
Dadas las características del área no se puede apostar a que Rodríguez Inurrigarro estará dentro del equipo saliente dentro de dos años.
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