Hoy más que nunca las palabras de César Gaviria, ex presidente de Colombia, están más vigentes que nunca: a México le hace falta trabajo de inteligencia y contrainteligencia.
El accidente donde fallecieron Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación y José Luis Santiago Vasconcelos, ex titular de la Subsecretaría de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada, deja muchas dudas sobre lo ocurrido.
Aunque hasta ayer no había datos concretos, la investigación continúa, pero existe la inquietud si darán a conocer la verdad de lo sucedido.
No hay que olvidar que durante el sexenio de Vicente Fox, su gran amigo Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública murió cuando el helicóptero en el que viajaba rumbo al penal de Almoloya se estrelló.
En esa ocasión se argumentó que el helicóptero no reunía las condiciones de seguridad adecuadas para circular entre la neblina.
En el caso de Mouriño, también es el mejor amigo de Calderón dentro del gabinete presidencial. Los casos, se parecen.
Y las dudas crecen porque iba acompañado de alguien que, en su momento, fue cuestionado por su trabajo al frente de la SIEDO.
Ese punto es importante porque recientemente la actual titular de este organismo dio a conocer que varios funcionarios estaban coludidos con la delincuencia organizada.
Ellos trabajaron con Santiago Vasconcelos durante su paso por la SIEDO y ahora están sujetos a un proceso penal.
Amable lector, eso hace crecer la incertidumbre y las dudas.
Por ello hacemos alusión a lo que dijo César Gaviria durante su conferencia en Tampico la semana pasada, sobre que México tiene como asignatura pendiente en su lucha contra la delincuencia, trabajo de inteligencia y contrainteligencia, además sugirió que el gobierno debe comprar información clasificada para conocer al enemigo desde adentro.
Lo que ha sucedido recientemente en México, lo ocurrido en Michoacán, ahora la muerte de esos funcionarios, amerita una revisión de lo que se está haciendo en el área de seguridad para un combate efectivo a la delincuencia organizada.
Las palabras de Felipe Calderón con motivo de la muerte de sus colaboradores llaman la atención sobre lo de “pelear sin descanso y ahora más que nunca por los ideales que compartimos… que ningún acontecimiento por doloroso que sea, frene el anhelo de un México mejor”.
Esos ideales dice Calderón, eran compartidos por Mouriño.
Esas palabras nos dan más qué pensar.
En cuanto a lo que dijo sobre que era un hombre honesto, comprometido con sus ideales y con su país, nos parece una opinión que difiere mucho de la imagen que proyectó Mouriño, como funcionario.
Sobre todo por los beneficios que obtuvo para las empresas familiares con los contratos firmados con Pemex siendo él funcionario de la Secretaría de Energía, donde contaba con información privilegiada.
Nunca nos dio la impresión que estuviera muy comprometido con su labor al frente de Gobernación, sobre todo en lo que se refiere a su servicio a México, dado que él nació en Madrid, España y se naturalizó mexicano.
Bien dicen que a su muerte los hombres se vuelven santos, Mouriño no será la excepción en este caso. Descanse en paz.
OBAMA GANA EL VOTO POPULAR
Ahora esperemos que el Colegio Electoral refrende el triunfo, y por primera vez Estados Unidos tendrá un presidente negro, nacido en Hawai.
No cabe duda, “cosas veredes Sancho”, decía Don Quijote, dos hechos inéditos ocurridos ayer, la muerte del secretario de Gobernación más joven, presidenciable, que ha tenido México y la llegada de la raza negra a la Casa Blanca.
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