Gustavo Rodríguez Vega, obispo de Nuevo Laredo anuncia en el periódico Excélsior que se reunirán con el secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, y que asistirán los representantes de la iglesia católica en Tamaulipas.
La reunión se realizará después del 20 del mes en curso ya que los obispos irán a Roma a ver al papa Francisco.
La declaración del obispo de esa ciudad fronteriza coincide con la visita que realiza otra vez el titular de Gobernación a Tamaulipas, quien llega antecedido de sus propias declaraciones en las que dijo que esta entidad verá resueltos sus problemas de seguridad después de Michoacán.
¿Será cierta esa declaración? O sólo se trata de hablar por hablar como ha venido ocurriendo los últimos ocho años por parte de las autoridades federales en relación al clima de violencia que vive Tamaulipas.
Porque si el funcionario federal observa la incidencia de hechos delictivos, es Tamaulipas una de las primeras, si no la primera, entidad que empezó a sufrir los estragos de la delincuencia organizada y la lucha por el territorio.
Si embargo, todo parece indicar que prácticamente será la última a la que se le preste la atención debida, porque Chihuahua y Nuevo Léon ya recibieron la inyección de recursos y apoyo que se requiere para sacar del marasmo en que tienen a las entidades federativas tanto el crimen organizado como los grupos de seguridad enviados supuestamente para pacificar.
En esa lista de entidades a quienes el gobierno federal prestó atención, nunca estuvo considerada Tamaulipas, ni con Felipe Calderón, ni con Enrique Peña Nieto, a quien pareciera le sigue pesando no haber ganado la elección presidencial en esta entidad, lo cual implica que aún no le perdona a los tamaulipecos que él no haya sido su opción para gobernar el país.
En el panorama nacional Tamaulipas poco pinta en la definición de quien gobernará México, la cantidad de votos que aquí se reúnen no hace ganar a un presidente, eso está más que visto, pero si en el territorio nacional es una de las tres entidades que no votó por Peña Nieto, junto con Nuevo León y Guanajuato, entonces su rechazo a la fórmula priista sí se nota.
Pero mirándolo bien, pues Nuevo León tampoco votó por Peña Nieto y desde hace mucho éste le levantó el castigo a la entidad, tan es así que poco a poco ha ido pacificándose, más rápido eso sí, que Tamaulipas.
Porque, además de guardias que anden recorriendo a veces sin estrategia las calles y avenidas de las ciudades, también le han mandado recursos con el fin de incentivar la creación de empleos algo que hasta ahora en Tamaulipas no se ha hecho.
Sin duda, sacar al Estado de la parálisis en que se encuentra requiere mucho más que nombramientos nuevos de funcionarios, urge un plan de acción para la creación de fuentes de empleo, de mover la economía y por lo visto, de rogarle mucho a Dios que todo se componga, porque está más que claro que los hombres no han podido con esta chamba.
Por eso ahora los obispos pedirán a Osorio Chong que explique los alcances de la reforma hacendaria y cuáles son los beneficios para la población, así como la estrategia de seguridad.
Me queda claro que para las autoridades recurrir a Dios es su último recurso ante la inutilidad de las acciones emprendidas contra la inseguridad, tal vez esto es lo primero que debieron haber hecho y seguro ahora tendríamos resultados más tangibles. Ahora sólo les queda encomendarse a Él.
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