Nuestra ciudad en días pasados se encontró de manteles largos, al cumplir sus primeros 260 años de su fundación, por lo cual el Ayuntamiento realizó una serie de eventos en conmemoración a esa fecha tan importante para los reynosenses.
No obstante de que los eventos organizados por la autoridad municipal hayan contado con las buenas intenciones y el buen desempeño de sus organizadores, la ciudad no era la misma; se podía percibir un Reynosa con mucho daño físico, psicológico; un pueblo asustado por los lamentables sucesos delictivos que sufrimos el mes de febrero.
Ese día, para ser más exactos el 17 de febrero de 2009, la población en su totalidad sufrió de pánico y una psicosis que no se la deseamos a nadie; en donde hubo una fuerte balacera entre el Ejército Mexicano y la delincuencia organizada; en fin, lo que ustedes y yo conocemos de ese lamentable día.
Desde antes ya habíamos pasado algunos sucesos preocupantes, pero a partir del 17 de febrero la ciudad ha sido otra; recayó enferma, lacerada, en donde todas sus lesiones fueron directas al corazón de los que vivimos en Reyno-sa; una lluvia de información y también de desinformación de lo que estaba sucediendo en nuestra ciudad, tanto a nivel nacional como internacional.
Reynosa y su gente fuimos víctimas directas de lo sucedido; nuestra ciudad se encontraba en el blanco de todos los medios de comunicación; fue una publicidad negativa que tuvo nuestro municipio; desafortunadamente en su gran mayoría una publicidad real pero negativa; por eso reitero que la ciudad enfermó junto con su gente.
La recuperación iba a tardar, eso decían los especialistas que atendían ese mal; que poco a poco Reynosa iba a ir recobrando su salud. Reynosa es una ciudad prometedora, con mucho futuro laboral, con muchas oportunidades de crecimiento. Esto es lo que nos conforta a seguir adelante, a seguir luchando por el patrimonio de nuestras familias.
Recuerdo que la primera ocasión que escuché la frase: “Sí vives en Reynosa, eres de Reynosa”. Era el lema de la campaña del señor Juan Gastélum Castro cuando contendió como candidato a presidente municipal en 2001, abanderando a diversos partidos de oposición.
Definitivamente no sé si ese lema era invento de su equipo de campaña o no, pero lo que sí estoy seguro es que era la primera ocasión en que leía y sentía mía esa frase, y así como yo mucha gente patentizamos: “Sí vives en Reynosa, eres de Reynosa”. Porque nuestra ciudad es grande y su gente la fortalece.
Reynosa tiene una gran capacidad de cobijar a muchos mexicanos provenientes de todos los rincones de la república, gente que ha vivido en Reynosa y que también siente esta tierra como parte de ellos.
Los reynosenses hemos demostrado que para poder dar a conocer la nueva cara de nuestra ciudad, poco a poco debemos irnos quitando esa etiqueta de ciudad problemática; sabemos bien que para alcanzarlo lo primero que tenemos que hacer es aprender a curar nuestras heridas y después dar a conocer, como lo venía haciendo, que es una ciudad prometedora.
Síntoma de que va en franca recuperación fue el evento del día 26 de marzo, una fecha que no podemos olvidar los reynosenses, con el regreso del equipo Broncos de Reynosa.
Parece sorprendente que un equipo deportivo y un evento inaugural hayan aglutinado a tantas personas; desde el más alto de los funcionarios hasta el más humilde de los mortales.
La unidad de los reynosenses la pudimos palpar, se olía, se percibía en el juego inaugural de béisbol y sobre todo con el gran resultado que obtuvo el equipo de casa. Primero al ganar de visitantes un día antes y, después, ese juego ante toda su gente enmarcado con un gran espectáculo.
Una victoria de película, cuando en la última entrada le correspondía a los Broncos de Reynosa batear y cuando la pizarra arrojaba un empate a seis carreras, llegó el panameño Julio Zuleta y conectó un cuadrangular que hizo estallar el estadio de alegría.
Aficionados o no al béisbol, definitivamente sólo puedo decir: “Reynosa se encuentra en franca recuperación”.
heberardo@hgonzalez.com.mx
El autor del artículo es delegado de la Academia Mexicana
Del Derecho del Trabajo y de la Previsión Social
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