Luego de que los gringos me dejaron sin mi vuelta a la Pulga Hidalgo, quesque hay “muncho” danger de contagiarlos del coronavirus, quiero decirles que no manchen, acá en la border del lado mexican no somos zombies.
Porque no lo podrán negar, aquí cruzando el puente internacional, todos los citizens andan como locos, enclaustrados, jalándose los pelos y ya no pueden ni ir al Oxxo por unas chelas. Bueno, ellos van al Seven Eleven.
Ya sabemos como el Richard Cortez, juez del Condado Hidalgo, ya los amenazó, dice que sigue las indicaciones del presidente Donald Trump, como también del gobernador de Texas, Greg Abbott, de acatar la orden de declaración de desastre, para evitar la propagación de Covid-19.
Allá están que se comen las uñas porque los comerciantes no están laborando, mas o menos como acá en Reynosaville, no pueden comer una Whataburger como dendenantes, porque los tienen amenazados de no salir a cualquier hora del día.
Estas son “fake news”, de verdad. La prohibición es de las 10:00 de la noche a las 5:00 de la morning, no han dicho que sea todo el día. Y si los detienen los gabachos, pos puedees decir que te urge ir a Walmart a comprar un Peptobismol porque ya te anda de ir al baño, o una caja de Naproxen pal dolor de cabeza.
Mientras la Rosa María no pudo festejar bien su cumple con los amigos y familia, yo sí le cumplí tres deseos como el mago de Aladdin: taquitos de barbacha en la morning con su cebollita y cilandro de la Taquería Jiménez; en el Asadero Cabrito Adan Pérez e Hijos, al mediodía; y al final si le queda hambrita, podría invitarle la cena, algo sencillito como una pizza de Trattoria con queso mozzarella y aceite de oliva. No te podrás quejar Rosa María.
Volviendo con lo del Covid-19 en el Condado de Hidalgo, la raza se apanicó con un video que mandaron por WhatsApp cuando detuvieron a un paisano, diciendo que ya no se vale circular durante el día.
Ni que fuera Venezuela. En el video se aprecia que es un “mueble” sin placas, con razón lo pararon. No sean gachos.
Dicen que los paisanos ya no salen a las calles, pero sí “munchos” van por su Starbucks y hacen fila con paciencia, ah pero a esos no los detienen. No me digan que ese café carichichísimo es parte de las actividades esenciales del país de las barras y las estrellas.
Apenas vamos en la segunda semana de la cuarentena y en el Valle no saben qué hacer. No pueden ir al mall o comer en el Tony Romas o en Olive Garden sólo pedidos para llevar, y como las ñoras no les gusta la cocina, pos se la pasan calentando los platillos congelados de Sams o City Club.
Hay gringos bien chiskis, que piensan que por cualquier dolorcito en la garganta ya tienen el Covid-19, porque aparte como ya nos manejaron que puedes tenerlo y no se manifiesta en dos semanas, puedes contagiar a los demás, sobre todo a personas mayores de 60 años.
Pero ya hemos visto que el coronavirus le está dando a los chavos, sin respetar edades.
No se hagan bolas: el Covid-19 no anda por el aire como la arena del Sahara que dicen llegó a la border. Viene de alguien que jue a las Europas y con un estornudo o tos nos puede contagiar si nos llegan las gotitas.
Ahora nos han vendido la idea de que debemos lavarnos todo el tiempo las manos y trapear con cloro y un chorro de jabón como mayordomos. De perdida que hagan lo mesmo ajuera de sus casas, que no dejen su cascajo y desperdicios, como si fuera parte de su decoración exterior.
Mientras acá en Reynosa las familias siguen “pasiando” como si fuera la Alameda en Plaza Sendero Periférico, y no hay oficiales que les prohíban el tránsito, vemos a la abuelita, la mamá, el papá y los tres chamacos en bola comiendo pizzas en los pasillos, porque ya no pueden sentarse en las mesas.
Los restaurantes en el Valle como del lado mexican no dejan de vender, bajo la premisa que las rentas están recaras y tienen a todo el personal sin pagarles la semana.
Allá en el Valle están muy mal, pero acá en Reynosaville recuerden que no hay zombies, pero también hay que entrar en razón. Ya apláquense, necesitan un poli les diga que no pueden salir a comprar su granielote con chilito.
No vaya a ser que de repente venga un gringo loco, muerda a la people y los contagie del coronavirus.