¿Vieron lo de la rotonda del Ángel de la Independencia en CDMX, la Macro Plaza en Monterrey, la glorieta La Minerva en Guadalajara y el Monumento a Benito Juárez en Nuevo Laredo, la gente en decenas o cientos, ¡quizá algunos miles!, celebrando el premio Óscar de Leonardo DiCaprio, como mejor actor de Hollywood?
No, no es para reír, no, tampoco es un guasa, gracejada o chistorete de nuestra juventud, esto que ocurrió la noche del domingo, es cosa seria.
Cualquier sociólogo puede escribir mil tesis al respecto, pero para el mexicano con dos gramos de sesos, eso sólo puede significar dos cosas.
Una es que tal suceso popular, nos indique que estamos ¡bien jodidos! como pueblo; la segunda opción o posible respuesta a lo ocurrido, es que hay algo muy serio detrás de tal conducta o reflejo de la gente.
En un principio, por una u otra razón, tal fenómeno social, nos debe poner los pelos de punta, la cosa está para jalarnos las greñas y salir corriendo.
Sea por soso y decir que nuestra gente está mal de la cabeza; o por lo que encierra tal reunión de gente que no se conoce entre sí.
¿Cómo le llamarán los profesionales a eso?, porque queremos creer que hay una explicación lógica, científica o cerebral.
Que dicha conducta masiva, sea producto de un daño colateral, en una sociedad tan confundida o tan urgida y presta a reunirse, a manifestarse masivamente, fervientemente hacia algo.
A CERRAR FILAS
Sí, ¿qué tal si es un ensayo de nuestra gente para ver la capacidad de respuesta, el poder de convocatoria, respecto a empezar a llamar a reunión nacional, para así luego hacer tales invitaciones en aras de protestar masivamente por asuntos o situaciones más serias?
Por ejemplo, que este acto gregario haya sido como una práctica o una medición, para que a la próxima, en cada ciudad se convoque a la gente a los acostumbrados sitios de reunión multitudinaria e informal, para manifestarse en contra de un mal gobierno federal (vale también para el estatal y el municipal).
Igual que contra la acción criminal -pero impune- de un funcionario.
Pudiera ser el caso de que nuestra gente se una a exigir justicia respecto a algún atropello de los derechos de terceros, un robo al erario, algún fraude o endeudamiento indebido e injustificable de un gobernante.
Quizá la violación sexual de una dama ¡o de un infante!, una colisión vehicular fatal protagonizada por una persona perteneciente a uno de los tres poderes, que en estado alcohólico o drogado haya asesinado a un inocente.
¡AGUAS SEÑORES!
Queremos creer que lo de este domingo por la noche, lo de Leonardo DiCaprio, fue un ensayo, una medición, que obedece a que el pueblo mexicano ha empezado a despertar.
Sí, deseamos pensar de esa manera, porque no queremos creer que se trate de una soberana tontería de nuestro pueblo, habiendo motivos más importante por las cuales reunirse en las principales ciudades del país.
Aquí cabe citar el gran llamado, la extraordinaria fuerza de las redes sociales, el extraordinario poder de convocatoria y el no menos sorprendente resultado de tal llamado.
El gobierno de la república, de los estados y de los municipios, desde ya debe de estar bien preocupado, por no decir defecado.
Discussion about this post