¿Quién dijo que los gallegos eran tontos? ¿Quién empezó los famosos chistes sobre su poca capacidad de inteligencia y los hizo la burla de todo el mundo durante muchísimos años?
Seguramente alguien que nunca imaginó que en marzo del 2009 llegarían los Tigres a pagarles a los del Deportivo La Coruña una millonada de pesos, en tiempos de crisis, por los servicios de un jugador que se fue de México como un ídolo, un auténtico “depredador” del área, y ahora regresa como un “lindo e inofensivo gatito”.
Y es que la llegada de Omar Bravo como un refuerzo de emergencia para los felinos representa finalmente el mejor chiste de los gallegos en toda la historia, pues por los nueve juegos que le restan al torneo de Clausura 2009, el conjunto regio tendrá que pagarles 500 mil dólares, algo así como 800 mil pesos.
Esto sin contar el sueldo del jugador mochiteco, que es algo así como 100 mil euros al mes, alrededor de 2 millones de pesos mensuales, que es lo que gana en el Depor desde agosto pasado cuando firmó un contrato hasta el 2011.
La calidad de Omar Bravo es indiscutible, lo avalan sus más de 100 goles con las Chivas y sus poco más de 20 con la camiseta de la Selección Nacional, eso no se pone en tela de juicio, aquí lo cuestionable es la poca capacidad de planeación de la directiva de Tigres para tener que contratar de emergencia a un delantero a mitad del torneo.
Luego de la lesión del portero Alfredo Talavera, por una fractura en el hombro que lo dejó fuera del torneo, el reglamento le abrió a los felinos la puerta para buscar un sustituto, de ahí que el todavía entrenador Manuel Lapuente pidió a sus directivos que hicieran el esfuerzo por traer al ex go-leador de las Chivas a su equipo.
Lapuente se fue, llegó José Néstor Pekerman y la novela de Bravo se alargaba día a día, pues surgieron muchos obstáculos en el camino. Héctor González Iñárritu, vicepresidente auriazul enviado a cerrar las negociaciones, se enfrascó en largas encerronas con el presidente del Deportivo, César Augusto Lendorio, todas ellas de madrugada, hasta que logró llegar a un acuerdo.
Omar Bravo ya está en territorio tigre. Su llegada al Aeropuerto de Monterrey fue tumultuosa, totalmente desorganizada. Más de una decena de medios de comunicación, locales, nacionales e internacionales, además de aficionados con pancartas de apoyo al mochiteco.
Fueron escenas que hicieron recordar las llegadas del “Chamagol” González y el “Kikín” Fonseca, dos jugadores que causaron un gran escándalo mediático, pero que en la cancha fueron un total fracaso.
El reto para Omar no sólo es el de ser la pieza que necesita Tigres para salir de los problemas del descenso, de aportar los goles que le han hecho falta en la primera mitad de la temporada.
También lo es el volver a tomar el camino que lo llevó al futbol europeo por la puerta grande y dejar de lado su poco agraciado paso por La Coruña, donde apenas jugó ocho partidos y anotó tres goles.
Sobre todo pensando en que el Tri lo necesita en su mejor momento en los partidos eliminatorios
rumbo al Mundial del 2010.
No hay duda, el regreso de Bravo al futbol mexicano dará mucho de que hablar en las próximas semanas, donde su desempeño en la cancha, en especial su aporte goleador dirán si fue un acierto o no.
Lo único real es que de ahora en adelante nadie podrá volver a hacer burla de los gallegos, pues dejaron más que demostrado que los del Deportivo La Coruña de tontos no tienen ni un pelo.
Hasta la próxima…
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