Antes de que finalice el año se verá más claro quiénes serán los candidatos al gobierno de Nuevo León, pero hay que adelantar que al gobernador Natividad González Parás para nada le desagradaría que el abanderado albiazul fuera Fernando Elizondo Barragán, aunque la duda es: ¿lo quiere ver en las boletas para ganar o para perder?
Dentro de Palacio de Gobierno se sabe que Elizondo Barragán tiene todos los aprecios de los hermanos González Parás, pero también en los pasillos para nadie es un secreto que la carta que el ejecutivo estatal quiere jugar es la del secretario de Gobierno, Rodrigo Medina de la Cruz.
Si ambos llegan a ser los candidatos a la elección de 2009, Elizondo por el PAN y Medina por el PRI, el gobernador puede dormir tranquilo los últimos meses de su mandato, porque las turbulencias serían mínimas cuando su sexenio se ponga en la silla de los acusados.
Sin embargo, en estos días y meses cuando González Parás sigue deshojando la margarita, otro aspecto que le debe estar preocupando es que Medina de la Cruz sigue estando muy por debajo de las preferencias entre los electores: en algunas encuestas o sondeos tiene apenas un 2.0 por ciento, mientras que en otras suma un 8.9 por ciento de quienes lo quieren como candidato del PRI.
Un casi 9.0 por ciento es sorprendente y no, tomando en cuenta que el aparato de gobierno está a sus servicio, porque todavía está lejano de Abel Guerra Garza que se mantiene en primero con 21.8 por ciento y un 18.6 del ex gobernador, Benjamín Clariond Reyes.
Dentro del círculo más cercano de González Parás, el ex alcalde de Escobedo no inspira una pizca de confianza. Mucho menos Clariond Reyes a quien no lo bajan de “traicionero” (sólo hay que recordar el caso del ex tesorero Xavier Doria), pero ambos son, ahorita, los priistas más populares entre la población.
El PRI tiene a su favor la fuerza que retomó luego de los comicios presidenciales de 2006, y el caso más reciente es Coahuila, donde pulverizó y arrebató al PAN las posiciones que aún conservaba al más viejo y puro estilo del “carro completo”.
En esa lógica, Nuevo León podría convertirse en otro eslabón de esa cadena de triunfos, rezando para que las ambiciones de algunos panistas los lleven a cavar su propia tumba.
Por lo pronto, tanto Elizondo Barragán como el alcalde de San Pedro, Fernando Margáin Berlanga, presumen a la militancia tener el apoyo de Germán Martínez Cázares, el líder nacional, mientras que Adalberto Madero Quiroga apostará todo a su arrastre cada vez menos popular.
Lo que resta de fin de año se invertirá para que cada uno de los precandidatos hagan sus amarres: si Benjamín, viendo que tiene todo para perder y poco que ganar, se alía con Abel, sacrificando la gubernatura por una alcaldía.
Mientras que en las trincheras del PAN, hay que ver si Adalberto coquetea con Fernando Larrazábal Bretón, el ex alcalde de San Nicolás y actual diputado local, para restarle votos internos a Elizondo Barragán.
Las épocas decembrinas y las fiestas se acercan y, cierto es que algunos van a tener una amarga Navidad, viendo que otros destapan la champaña.
hhjimenez63@hotmail.com
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