Desde que el lunes 25 de octubre Samuel García anunció que visitaría El Vaticano para saludar al Papa Francisco, nunca tuve dudas de que el encuentro se daría al finalizar la audiencia general de cada miércoles cuando saluda a los invitados especiales sentados en primera fila del Aula Pablo VI.
Con conocimiento de causa porque durante casi cuatro años fui corresponsal permanente y acreditado ante la Santa Sede (1991-1995), jamás di como un hecho que el saludo y breve conversación con Francisco no sería en privado en los salones donde recibe a jefes de Estado, Primeros Ministros y miembros de la nobleza europea.
“Tenemos una invitación de saludar al Papa el miércoles que entra (3 de noviembre)”, dijo textualmente el gobernador de Nuevo León quien -a su favor puedo señalar sin afán de defenderlo-: nunca afirmó que fue una invitación personal del Sumo Pontífice.
Donde sí le pudo haber exagerado Samuel es cuando puntualizó que con el jefe del Estado Vaticano “voy a hablar de los temas de México y Nuevo León”.
¿Y por qué no abordará esos temas, al menos a profundidad o como lo vendió Samuel en la rueda de prensa? Porque en las audiencias públicas los invitados especiales pueden tener, con bastante suerte, de 30 segundos a un minuto para intercambiar palabras y obsequios con el Papa.
Creo, sin estar plenamente seguro, que el gobernador y su esposa Mariana tienen pases para entrar a la audiencia pública, y que la diplomacia en Roma, llámese el embajador de México ante la Santa Sede, estaría haciendo todo lo posible por hacerlos invitados especiales de primera fila.
Sólo así puedo entender las declaraciones de Samuel publicadas hoy de que “si los tiempos lo permiten” tras su viaje previo a Glasgow a la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente, entonces pisaría sobre las huellas que dejaron los apóstoles Pedro y Pablo en Roma.
Es decir, que en menos de cinco días el gobernador todavía está en dudas de encontrase con el Papa.
Ayer Samuel me mandó una grabación que, por ser privada, no me permito publicar. Pero que me asegura que sí estará en El Vaticano el miércoles, pero con muy bajo perfil. Todo lo contrario como él y su esposa se manejan en redes sociales.
¡Buon viaggio governatore, prima senatore!