Pos déjame te cuento brody que este sábado juimos al Zoológico de Reynosa, fue “muncha” la tentación pa’ ir a conocer a los tigres Coco y Diego, como a Khuma, el cebrazno.
Por si no han ido es muy recomendable, queda por la entrada a La Playita, un lugar que se rescató hace años cerca de las compuertas de la presa Anzaldúas, donde se colocaron palapitas y asadores, a la ori’a del cauce del río Bravo.
Ayer llovió cercas de la noon (mediodía) y me sorprendió que hasta los charcos de lodo, eran cubiertos con tierrita seca, para que la raza no se resbalara.
Hay un área de juegos para los little boys (niñitos) con tierrita suave y sabrán que se escarba con pico dos veces al día, para que quede tipo arenita.
En una cancha de voli mis brodys se entretuvieron jugado partiditos de 21 puntos, en medio de un solazo rico, que todavía no llega a los calorones que estamos acostumbra’os en la frontera. Será que estar cercas del agua del river (río) como que nos refrescaba el ambiente.
En varios puestos de comida podías comprar botanita y refrescos, así como bebidas pa’ los grandes si quieren una cervezuca.
En ese entonces jui al safari, donde te lleva una peserita abierta pa’ que conozcas al cebrazno más famoso de México, Kumba, como también a bisontes, dromedarios, avestruces que todo el tiempo te persiguen para que les des de comer, ya “seyan” tiritas de zanahorias o tortillas de maíz que les encantan.
Ajuera hay una granja donde hay chivos, borregos, gallinas, burros, caballos, puerquitos, patos, gansos, conejos, perros y hasta mapaches.
Si bien hay una laguna interior donde puedes subirte a unas lanchitas y quien quiera hacerlo puede meterse en traje de baño, un letrero gracioso anuncia “no topless” (no quitarse el brasier), por si sale alguna loqui’a de repente.
Y es que además hay infinidad de letreros sobre no tirar basura, porque al culpable lo meterán al pozo de los cocodrilos (que no hay) o que te perseguirán cucarachas radioactivas (que tampoco hay).
Alfredo Moreno Ricart, dueño del lugar con atuendo de cazador, está sobres de que todo esté limpio, sin basura, porque los workers (trabajadores) levantan todo papelito y vaso de plástico que tiran los visitantes.
“Todavía nos falta mucho, queremos hacer caminos firmes, sin tierra”, confesó.
Rosa María, una de las visitantes, lo felicitó por lo hermoso del lugar que ella no conocía a pesar de que tiene más de 25 años de vivir en Reynosa.
“Gracias, me ha hecho el día”, le dijo el buen Alfredo.
Juimos con un grupo y la conta Yolanda se lució con la organización, llevando naranjas, mangos, plátanos y sandía, como snacks saludables en lugar de chicharrones y papitas.
Luego pusieron una carnita asada y unos frijolitos charros deli que hizo la conta. Picositos y con patita. Ya sabrán que al final del día no quedaron.
Pero lo bueno de la tarde es que nosotros, que no “semos” mojados, hicimos un buen ambiente de este lado del río Bravo.
Porque sabrán que el otro lado, ahí enfrentito está el parque Anzaldúas, que se mira con áreas verdes, pero que no le pide nada a nuestros sitios de esparcimiento.
Ya subidos en el Pachamama (que significa Madre Tierra en quechua), un barco de dos pisos, la raza se repartió para hacer el viaje y comprobar que el la fiesta está del lado mexicano.
Es cierto que algunos paisas les daban ganas de tirarse por ahí al agua, pa’ ahorrase la hora y media de cola del puente internacional, porque ahí lo tienes al tiro, cerca de donde pusieron veracruzanos a la Virgen Migrante de la Candelaria en medio del río.
Pero si se quieren animar, aparte de que deben ser muy güenos nadadores, sabrán que hay partes de cerca de 7 metros de profundidad y hay peligros con ramas de árboles, remolinos que ya sabrán hay “munchas” historias de mojados que murieron por el intento de ir en busca del “american dream” (sueño americano).
Si luego superan la espesa malesa del lado gringo, los esperan los agentes de la migra de la Border Patrol que no los tratarán muy nice (bien) por llegar sin papers (papeles) y si los llevan, pos la entrada a Hidalgo o Mission, pos no era por ahí, así que les quitarán su mica y la harán pedacitos.
El consuelo que nos queda es que el ambiente estaba acá en Reynosa, sin pensar lo que ellos dicen sobre los bloqueos y balaceras. A poco “creiban” que no sabemos que allá también no se curten mal las baquetas.
Sabemos que hay insegurida’ en Texas como acá. Mientras tanto seguimos en la fiesta del Pachamama sólo nos paseamos. No “semos” mojados. Sí serán.