¿Qué le pasa a Meade?
Para no ser realmente un priista se vio más oficialista que nadie.
Cuando debería ocuparse de convencer a los potenciales votantes de que realmente no tiene nada que ver con el actual sistema político que tiene tomado de los aguacates a todos los mexicanos, se ocupa de subirse al ring con un gobernador.
Un gobernador, de origen panista, que acaparó los reflectores por mandar aprehender a un estratega priista, ex secretario general nacional del partido tricolor, acusado de peculado en esa entidad.
Vinculó además al exdirigente nacional Manlio Fabio Beltrones, quien tuvo que recurrir al amparo para no ser detenido.
Y Meade, a falta de tal vez de un mejor discurso, por iniciaitiva propia o sugerida desde Los Pinos, arremete contra Javier Corral, llamándolo mentiroso, torturador y responsable de la inseguridad en el estado que gobierna.
Hace 30 años, Corral ya pintaba en el panismo de Cd. Juárez. Abría los mítines de Pancho Barrio, un belicoso panista, bragao, tipo sencío del norte, que ganó la elección de gobernador… y le arrebataron en la mesa para dársela a Fernando Baeza.
Un veinteañero Javier Corral era el mismo apasionado político de hoy, con un discurso encendido que entonces denunció la manipulación de aquella elección en 1986 y hoy, arremete contra el mismo presidente de la República señalando que en represalia por proceder contra Alejandro Gutiérrez y poner en la mira a Manlio, le retrasa participaciones federales.
¿Por qué en lugar de enfocarse contra sus directos contendientes que serían Margarita, Anaya, López Obrador y potencialmente “El Bronco”, se trenzan en un agarrón con Corral?
Difícil saberlo…
Meade debería estar muy ocupado deslindándose de un sistema político, padre de la inseguridad, de decenas de millones de pobres, de centenares de miles de muertos, de policías rebasadas por la delincuencia, de una docena de gobernadores corruptos, presos o bajo investigación, de un campo improductivo, de una producción petrolera rehén de las compañías extranjeras que devuelven gasolina refinada a un alto precio, de millones de trabajadores mal pagados…
Tan inexplicable esa postura de Pepe Toño como las alianzas de AMLO con un PT cuya dirigencia está investigando la PGR por desvíos de 100 millones de pesos, y con el partido –o lo que sea– llamado Encuentro Social cuya paternidad se atribuye a Osorio Chong.
O la inexplicable aspiración de una Margarita cuyo mayor atributo como políticia es… este… mmmh… pues, haber sido una discreta y descolorida primera dama… ¿o algo que olvidemos?
O un Anaya cuyas “fortalezas” en política son haber aprobado las reformas de Peña; luego renegar de ello. Tocar “La Bamba” como estudiante de secundaria, champurrear el francés, “defender” en inglés a México ante los gringos… o llevar a su chiquillo a la escuela.
¿Es neta?…. ¿es todo lo que traen en el morral?
¡Qué mugrero trajo el agua… !