Cuando se cumplió un mes de campañas para diputados federales y senadores en Tamaulipas, y faltan otros dos para las elecciones presidenciales y legislativas, hay indicios de que el Partido Revolucionario Institucional deberá acelerar el paso en los distritos 7 y 8 de Ciudad Madero y Tampico, respectivamente.
Los focos rojos dentro del PRI y de la coordinación de campaña de Enrique Peña Nieto están encendidos, pues han detectado que ambos distritos podrían perderse por la influencia y el arraigo que tiene el PAN, aunado a los errores tricolores.
Hay que recordar que en los comicios de 2010, el Revolucionario Institucional hizo a un lado a Magdalena Peraza Guerra, quien era diputada local tricolor y se merecía la candidatura a la presidencia municipal del puerto jaibo.
Ricardo Gamundi Rosas, entonces dirigente estatal del PRI, hizo creer a Eugenio Hernández Flores que Peraza Guerra no sería garantía de triunfo y la sacó de la jugada.
Molesta con su partido y, sobre todo con “El Negro” Gamundi, la señora sabía que era su momento y aceptó la invitación de Acción Nacional para presentarse como su candidata a la alcaldía, misma que ganó con claridad.
El entonces presidente estatal albiazul, Francisco Garza de Coss, ungió a Peraza Guerra como la abanderada de la causa para recuperar el principal bastión panista en Tamaulipas, luego de una polémica administración priista de Oscar Pérez Inguanzo, actualmente detenido y bajo vigilancia policiaca en un hospital.
La ex legisladora local, año y medio después, es la principal pesadilla del PRI en su intento de llevarse los ocho escaños al Congreso de la Unión que, por mayoría, le corresponden al Estado.
Porque su administración ha sido del agrado de los tampiqueños y eso se refleja en las preferencias que tienen los electores por el PAN, no solamente en el puerto sino en Ciudad Madero.
Otra preocupación para el PRI es la posibilidad de que el candidato del Partido Verde, Marco Antonio Castillo Avalos, le quite los votos del triunfo a Rosalba de la Cruz Requena, en beneficio de Acción Nacional.
En la Secretaría General de Gobierno, donde despacha Morelos Canseco Gómez, ven con preocupación el Distrito IV con cabecera en Matamoros, donde el panista Carlos García González podría dar el estirón en la recta final.
García González sabe que es más conocido que su principal contrincante del PRI, Yanín Zaleta García, porque ya fue legislador federal, pero está consciente que en las últimas elecciones los matamorenses han sido seducidos por la marca tricolor.
En los comicios para presidente municipal en 2007 y 2010, sólo por citar esos dos más recientes, Erick Silva Santos y Alfonso Sánchez Garza impusieron récords históricos de votos para el Revolucionario Institucional, dejando en la lona a los rivales albiazules.
Sólo en la pasada contienda (2009) Leticia Salazar Vázquez fue la candidata del PAN que estuvo más cerca, perdiendo por 10 mil votos antes Baltazar Hinojosa Ochoa, obligado al exilio este 2012 al no ser considerado como candidato en la fórmula al Senado de la República.
Esos 40 mil votos –y los que se agreguen– obtenidos hace tres años, deberán ser para García González una primera cima a conquistar, aunque su campaña ha generado dudas en el medio periodístico ante la falta de un equipo de prensa que difunda las actividades que realiza en su distrito.
En lo que respecta al Senado, el perredista Cuitláhuac Ortega Maldonado anda en plena campaña con el objetivo de poder relegar al PAN a tercer lugar, con lo cual alcanzaría una curul en la próxima legislatura, pues el tampiqueño va primero en la fórmula.
Pero donde no hay claridad aún es quién es su compañera arriba del barco: si la ex panista aguerrida, Consuelo Sáenz Sustaita, o la esquirol Diana Chavira.
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