En una entrevista a la agencia EFE, el escritor colombiano, Gabriel García Márquez dice que sufre “como un perro” debido a la pérdida de calidad del periodismo escrito.
El premio Nóbel de Literatura por su obra “Cien años de soledad” se lamenta de que el periodismo se hace literalmente sobre las rodillas, lo que va en detrimento de la calidad periodística.
Esa crítica cierta, viene de alguien que ejerció esta actividad durante muchos años, así que hay que respetar su opinión y considerar que el oficio periodístico en México está en crisis, está en un trance parecido al que vive el país.
Las prisas con que se hace todo en México han llegado a las salas de redacción, las notas periodísticas carecen de profundidad y sólo se escriben para llenar espacios, sin ahondar en los temas, ni pulir el estilo.
Al periodismo le hace falta entrega y pasión, pero mientras haya redacciones donde lo que urge es cerrar antes de que otros medios ganen la nota, sin importar que la información salga sin sustancia, no hay futuro, ni esperanza de recuperar ahora sí que el estilo.
Recuerdo que cuando era corresponsal de los periódicos El Norte y Reforma en Nuevo Laredo, para atender un poco la necesidad de escribir puliendo el estilo tenía dos agendas.
Una que correspondía a la nota diaria, esa que no puede dejar de cubrirse y publicarse.
Y había otra, la agenda de los reportajes, de la entrevista más trabajada, del periodismo de investigación.
Hoy en los periódicos leemos poco periodismo de investigación, vemos eso sí muchas notas que hablan sobre actividades gubernamentales, siempre la nota que genera cualquier nivel de gobierno gana más espacio que un buen reportaje o una buena entrevista.
Como quien dice, se escribe por escribir y se lee por leer.
Y como les decía el periodismo vive de prisa como el gobierno mexicano, ya lo vemos en el ejemplo de la visita de la secretaria de Energía Georgina Kessel, quien sin decir agua va, llegó, habló y se fue de Ciudad Victoria, creyendo que con esa visita, más rápida que un relámpago, se entendió el mensaje que envió Felipe Calderón a Tamaulipas.
No les parece extraño que de buenas a primeras llegue esa funcionaria federal, hable del programa de gobierno con motivo del segundo informe que envió Calderón por escrito al Congreso y se vaya sin mayor trámite.
Como que no se entendió nada. Y seguro que así van a andar los secretarios del gabinete calderonista como loquitos por todo el país.
Lo que se van a gastar en esos viajecitos mejor lo hubieran aprovechado para el besamanos presidencial, porque de otra manera nos va a salir más caro el caldo que las albóndigas.
Si se trataba de eliminar el Día del Presidente y sustituirlo por el día de las corretizas de los secretarios, pues flaco favor le hacen a la ciudadanía.
Para escuchar mensajes incoherentes mejor que los secretarios se queden en sus oficinas y Calderón continúe con su retahíla de mensajes televisivos que al paso que va se convertirán en el signo de unión de todos los mexicanos, igual que la Hora Nacional, en que todos nos unimos para cambiar de estación radiofónica.
Por eso hacíamos la comparación entre el periodismo del que habla Gabo y las acciones gubernamentales, todo se hace al vapor y de prisa, con resultados acordes a la falta de compromiso con los lectores y la ciudadanía, en el ejercicio de esta profesión y en el ejercicio del poder, respectivamente.
FBI
El ex alcalde de Miguel Alemán, Raúl Rodríguez Barrera, está emproblemado, a ver qué resulta de la visita que le hicieran ayer agentes del buró Federal de Investigaciones a su casa en McAllen.
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