Con Ricardo Gamundi tenía fácilmente más de un año sin coincidir, la oportunidad de volver a vernos ocurrió recientemente en la Ciudad de México donde radica desde hace cuatro años con periodos intermitentes entre su estancia en España para estudiar una maestría y sus ocupaciones dentro del Comité Nacional del PRI a lado de la secretaria general, la yucateca Ivonne Ortega.
La ocasión fue un Congreso internacional de marketing político organizado por el PRI, donde se dieron cita ponentes de diversos países que vinieron a hablar sobre cómo hacer campañas exitosas.
Ahí tuvo participación el pozarricense avecindado desde que era un bebé en Reynosa, así que él se siente más tamaulipeco que veracruzano, aunque desde que destacó en la política tamaulipeca siempre le han echado en cara sus orígenes.
“El respeto al sexenio ajeno es la paz”, dice Gamundi, esta es la principal razón por la que se ha mantenido fuera de Tamaulipas y solo ha visitado la entidad cuatro veces, según sus palabras en los últimos cuatro años.
Sin embargo, cuando habla con mucho entusiasmo como él acostumbra no puede evitar un dejo de nostalgia.
“Me encanta Ciudad Victoria”, dice mientras sonríe.
La historia de Gamundi es como casi todas las historias de aquellos que acumulan poder de decisión en sus manos y la realidad que les sale al paso con la obligación de dejar ir las cosas porque ya no son sus tiempos, es muy dura de aceptar, pero ni modo…
Sin embargo, como él mismo apunta, su paso por el PRI estatal, chueco o derecho dejó triunfos de carro completo, algo inimaginado en estos tiempos donde los resultados le son adversos al tricolor y para muestra, lo sucedido en la elección del 2012.
Esta columna se escribe mientras leo un comunicado del PRI estatal con Rafael Benavides al frente quien anda haciendo su lucha para llegar al 2015 con un priísmo tamaulipeco fortalecido, algo complicado, porque ni el PRI nacional está unido en torno a Enrique Peña Nieto, el máximo priísta del país.
Los tropezones a nivel nacional del PRI como gobierno pasará factura, cara factura en el 2015, hay descontento dentro del propio partido tricolor.
No hay dirección que proteja la presidencia y la fortifique.
Peña Nieto tuvo que echar mano de una actriz para hacerse fuerte durante la campaña, hoy ni ese consuelo le queda porque su popularidad se ha ido a pique justo cuanto están por comenzar las campañas para renovar la cámara de diputados.
Y en la sombras se observa a gente como Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los legisladores priístas esperando dar el zarpazo.
En tanto definen quiénes seran los candidatos Gamundi pasará la navidad en Reynosa donde está su familia, pero Ciudad Victoria sigue siendo su destino ansiado por lo que no tiene reparo en decir que si el PRI quiere su ayuda está dispuesto a brindarla porque las elecciones venideras, admite, no serán nada sencillas y el fantasma de la alternancia sobrevuela el suelo tamaulipeco.
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