El infortunado accidente donde pierde la vida el secretario de Gobernación, el zar antidrogas mexicano y otros funcionarios, trae a la mesa de análisis un tema que ha sido muy espinoso para los gobiernos del PAN: La Secretaría de Gobernación.
El PAN cumple ocho años al frente del poder en México y han pasado por la titularidad en el Palacio de Covián cinco funcionarios: Santiago Creel (2000-2005), Carlos Abascal (2005-2006) en el período de Fox, y con Calderón llevamos tres funcionarios: Ramírez Acuña (2006-2008), Juan Camilo Mouriño (enero a noviembre, 2008) y ahora en el relevo Fernando Gómez Mont.
¿Qué puede significar esta situación? En mi opinión puede ser, por una parte, que el PAN no ha podido consolidar el control político del país desde esta cartera, lo que ha llevado al desgaste de sus encargados, los cuales han recibido despiadados embates de los grupos del real politik mexicano o, en su defecto, la otra razón puede ser que desde su doctrina y forma de entender la democracia, no han logrado darle a la Secretaría la operatividad necesaria para armonizar a los grupos políticos y crear una armonía política nacional.
Es necesario acotar que, durante los casi setenta y un años del régimen del PRI, esta Secretaría cumplía las funciones de operación política nacional basada en la fuerza del control de la información, espionaje y policías especializadas. Era la Secretaría número uno y la posición más fuerte del gabinete. Además, esta posición funcionó como escalón y plataforma para llegar a la Presidencia de la República. Gobernación empieza a perder un poco de su posicionamiento cuando adquieren extrema relevancia los problemas económicos y obligan al sistema a nombrar presidentes de otras secretarías del ramo económico.
Al tomar el PAN el poder, no se ha llevado a cabo un rediseño institucional ni de la Presidencia como institución, y menos de la Secretaría de Gobernación. La dependencia sigue tratando de llevar su camino y cumplir su función entre tres aristas que causan mucha presión al encargado. La primera: la reputación de una supersecretaría de control político y policial, el cual ya no tiene de manera total; la segunda: el control político y la negociación con los opositores, los cuales en los últimos ocho años han sido saboteados por los mismos partidos llevando las negociaciones fuera del Palacio de Covián, en muchos casos por la incapacidad del encargado; y, la tercera: ejercer una función a medias y con parches causados por no definir bien las funciones reales de la institución dentro del nuevo esquema democrático.
A esta Secretaría, como eje de la política nacional, no se le ha definido una determinada función respecto a la dinámica y rapidez de los cambios que se están llevando a cabo entre las fuerzas políticas del país. Si hablamos de un ministerio del interior de una nueva democracia, la actual Secretaría de Gobernación, con sus antiguas estructuras, reglamentos y operación, no está diseñada para encausar a una sociedad en todas sus acciones ciudadanas y sólo está lidiando con sus interlocutores políticos, que no han hecho otra cosa que descalificar a la persona para debilitar a la Presidencia de la República.
Se necesita este rediseño institucional moderno de la Secretaría para enfrentar a la nueva sociedad, los nuevos retos y problemas que enfrentan los mexicanos en su conjunto, y los sectores asociados como son las instituciones y organizaciones políticas, los medios de comunicación y la cultura, no la artística, sino la cultura creada de la movilidad de los intereses de una colectividad. Se necesita también una razón ideológica de la democracia en México y ésta emana de la conjunción de factores que se enfrentan en este ministerio.
De igual manera se necesita tener una infraestructura moderna para atender los problemas sociales modernos, el terrorismo, la migración, religiones, los derechos humanos, así como la velocidad de cambio en la sociedad generada por la modernidad tecnológica y otras tantas cosas que están moviendo a la sociedad mexicana.
Ahora bien, en el régimen priista, esta cartera al, tener el control policial y político aunado a la disciplina partidista, le dio cohesión durante muchos años; en el caso del nuevo régimen del PAN, ¿Pudiera ser que los intereses de los grupos internos y extremos del partido, sean los que estén poniendo mayor presión a los secretarios?
Marco V. Herrera B.
Presidente de Grupo Public, Consultor en negocios, asuntos públicos y comunicación estratégica. Es conferencista y analista político. Editorialista del Periódico El Financiero y autor del Libro “Los efectos de la comunicación en la elección del 2006 en México”.
http://www.marcovherrera.blogspot.com/
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