Durante el partido de México contra Nueva Zelanda, en un restaurante de Reynosa, Tamaulipas, la mayoría de los comensales ignoraban las acciones en las pantallas de televisión. Ni el primero ni el tercer gol les causó algarabía. ¿Será que después de las vergüenzas de la selección se perdió mucho del interés sobre la calificación o no al Mundial de Brasil 2014?
Al final el tricolor amarillo, vestido de verde, por el favor que le hizo el América a la Federación Mexicana de Futbol, terminó goleando 5-1 a los “wikis” en el Estadio Azteca, amarrando su calificación a la justa mundialista, porque en Nueva Zelanda no creen en los milagros.
Esa apatía por el equipo de Miguel “piojo” Herrera seguramente se repitió en todo México, porque no fue justo para los aficionados al balompié, que tres entrenadores (José Manuel de la Torre, Luis Fernando Tena y Víctor Manuel Vucetich), los pusieran a punto del infarto en el hexagonal de Concacaf.
Se puede decir que durante el juego de ida del repechaje, durante 90 minutos millones de mexicanos que gustan del futbol sin apasionamiento perdieron el fervor patrio y dedicaron su tiempo a cosas de mayor importancia, contrastando con los casi 100 mil espectadores que asistieron al Azteca.
Sí, qué bueno, el once tricolor iba metiendo uno por uno la media decena de goles en la portería de un equipo donde el balompié lo practican quizá solo por obligación, para matar el aburrimiento, porque en ese país el rugby desborda pasiones y es una potencia mundial.
En ese espacio de venta de comida en la frontera de México con Estados Unidos, semanas atrás los meseros vestían el uniforme del seleccionado azteca, durante todos los partidos de la peor etapa de clasificación a un Mundial en la historia, sólo superada cuando la eliminación para Alemania 1974 y España 1982.
Si bien el tricolor es una potencia en este deporte comparado con los “kiwis”, quedará para el análisis si el negocio del futbol donde hay miles de millones de dólares de intereses, tuvo que ver en el bajo rendimiento de los once neozelandeses, cuyo equipo nacional en Sudáfrica 2010 empató los tres partidos de la primera ronda.
Porque no es un secreto que para los poderosos patrocinadores, la FIFA y los organizadores del Mundial de Brasil, convenía más la clasificación de México.
Sólo hay que entrar al terreno de los números: para la marca Adidas, que viste al equipo azteca, ¿cuántas playeras oficiales, gorras y otras vestimentas dejarían de vender con la ausencia mexicana en el Mundial?
Igual de catastrófico serían las pérdidas millonarias para las televisoras mexicanas que tienen los derechos de la selección, sobre todo para Televisa –dueña del América–, quien desmanteló a su equipo de la Liga MX para hacernos el favor. ¡Gracias San Piojo!
Discussion about this post