Los diputados priistas electos dicen que preparan presentar una reforma de Estado para la próxima legislatura que empieza funciones en septiembre donde se acotará el poder presidencialista creado por el PRI y gozado por el PAN los últimos nueve años.
Francisco Rábago, diputado por el octavo distrito, dice que están trabajando para llevar al país a un sistema semipresidencial y donde pase por el Congreso la aprobación de los miembros del gabinete.
Desde ahora les decimos sobre la lejana posibilidad de que esto ocurra, dado que si como lo vaticinan volverá el PRI a la presidencia de la República, los miembros de este partido serán los menos interesados en limitar el poder del presidente y más si no tienen la seguridad de obtener mayoría en la cámara de diputados y senadores, donde se votaría la conformación del gabinete presidencial.
Ellos, los priistas no se harán el harakiri, o sea, no se suicidarán porque eso los limitaría en mantenerse en el poder por otros 71 años.
Sería más conveniente que los diputados se avoquen a atender por lo pronto las demandas de la población, como es hacer realidad la desaparición del pago de tenencia, eliminar el impuesto a Tasa Única, IETU, revisar la lista de beneficiados del Procampo, así como las ventas de plazas magisteriales y las becas para estudiantes, para comprobar si efectivamente se favorece a los alumnos que reúnen los requisitos y requieren del apoyo oficial.
Estos temas son más urgentes y necesarios, aunque eliminar el presidencialismo es una asignatura pendiente, hay asuntos que los diputados federales como los descritos que han sido ignorados permanentemente.
REGALITOS
El Gobierno del Estado tiene varios días proyectando un spot donde habla del regalo que le ha hecho a los tamaulipecos a través del sistema de salud.
Apoyado en imágenes de instalaciones hospitalarias y relatando con cifras los alcances en materia de salud, el gobierno estatal asegura que le ha regalado a la población tamaulipeca una mejor atención en este rubro.
Y para fortalecer la idea, salen varios modelos recibiendo cajas adornadas como regalos, pero aunque bonito el spot, hay que aclarar que el gobierno no regala nada, más bien los contribuyentes se regalan a sí mismos, porque el financiamiento de los servicios de salud proviene del dinero que se recauda de impuestos a los ciudadanos, no de los bolsillos de algún gobernante o funcionario.
Lástima que ahí no se pueda incluir los servicios del hospital de alta especialidad que por caprichos fue traído a Ciudad Victoria, cuando el lugar más adecuado era la zona conurbada de Tampico-Madero-Altamira, donde la oferta de médicos especialistas es mayor y se atendería la demanda no sólo de los tamaulipecos, sino de los veracruzanos.
Pero las decisiones tomadas sobre las rodillas traen efectos como éste, que esas instalaciones a varios meses de haber sido inauguradas por Felipe Calderón permanezcan cerradas, sin beneficiar a la población necesitada, porque los médicos no quieren irse a trabajar ahí con los sueldos bajos que paga la federación y que además les significaría cambiar su lugar de residencia.
Además, en la Ciudad de México donde se ha planteado esta situación, los médicos a quienes se les ha ofrecido venir a la capital tamaulipeca dicen que no se arriesgarán a prestar sus servicios en una entidad donde la delincuencia amenaza a todo el mundo, especialmente a los doctores que atienden a los miembros de sus organizaciones.
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