“Viejo tomas unas lenguas que están adentro del congelador, las pones en una olla de agua hirviendo y un poco de sal, ajo y unas hierbas finas”, fue la orden de la señora de la casa.
Cuando llegué a la cocina, que veo unas lenguototas de medio metro (que ahora no se consiguen ni en Sam’s) y pos no cabían en la olla exprés.
Y pos pa’ pronto que me armo de valor, las parto ansina mesmo con un cuchillo cebollero bien filoso, ahí te encargo la ensangradera de aquellas (qué oso) y ya las dejé hirviendo toda la noche. Hasta se me acabó el gas.
Al día siguiente en la cena con sus amigas ella se ganó solita los aplausos: “qué rica tu lengua”, “qué delicia” y sí la verdad le queda muuuy rica, no dijo nada que yo la ayudé un tantito a cocerla, porque ella después la aderezó con tomate y especias a la vizcaína.
Y si me preguntan la lengua de Rosa María es una de sus especialidades. Deben de probarla algún día. Sus amigas del grupo de las que llama “íntimas” le encargan hacerla una vez al año.
Sin tratar de ofender a nadie quiero hablar de otro tipo de lengua, una cosa es dar un besito en la mejilla y otra muy diferente es “de lengüita”. No sé ustedes pero de este tipo en mi hogar, son cada vez más inexistentes con las medidas que nos dejó la pandemia. Quesque no huele bien. Osea, ya se inventaron los enguajes Listerine.
Si a eso le sumas que alguien muy conocido le pide a un niño chup4rle su lengua, como que te quedas con la cara de “WHAT?”.
¡Qué escandala! Así como diría una friend que se pintaba las cejas bien nice. Porque tengo mis amigas, pero cada quien lo suyo. Nunca le daría un picorete, yo siempre de los siempres le he sido fiel a mi vieja.
Y eso sin deningrar a naiden, es mi vieja, mi gordita, mi compañera de vida, quien me ha acompañado en estos largos 12 años desde que llegué acá a Reynosaville.
Pos ella mesma puso el grito en el cielo cuando las redes publicaron al Dalai Lama que se le ocurre salir fotografiado sacando su lengua y no sólo eso… sino decirle a un niño “chúp4me la lengua”.
Si vieran yo tratando de explicar que las costumbres son diferentes en los monasterios, que el hombre trató de hacerse el chistosito con el güerco, pero eso no se vale.
¿Un líder mundial haciendo eso? No recuerdo tanta exhibición que haya recibido esta reprobación tan grande de la gente. Si estamos hartos de los depredadores sacerdotes católicos. Porque los hay y retehartos, imagínense ahora.
Pero para salvar al Dalai, les diré que según mi amiga Alexa, dice que el Times of India, “los simpatizantes budistas dicen que sacar la lengua es una señal de respeto o acuerdo, según la tradición tibetana”.
Y sí acostumbran este saludo en la cultura tibetana. Aunque hay quien explicó la labor humanitaria del líder del Tibet, Tenzin Gyatso, de apenas 87 años, no lo hizo con morbo, pos como que alguien que le sepa a las redes sociales, le explique que eso no se hace ni aquí… ni en China.