Está muy lejos de ser el mejor ejemplo.
Desde niño comió, bebió y convivió con la corrupción, pertenece a esas clases privilegiadas a las sombra del poder.
Su padre fue uno de los hombres más poderosos del sindicalismo del siglo XX, hasta que el expresidente CARLOS SALINAS DE GORTARI decidió encarcelarlo.
Su ropa, comida, carros, casas, y diversión lo tuvo a placer, con dinero que su padre robó a manos llenas. Fue uno de los principales saqueadores del país, que amasó grandes fortunas con la gracia presidencial y muchos de los bienes los puso en manos de prestanombres que lo olvidaron y se quedaron con ellos, pues como dice el dicho ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón.
En el Congreso lanzo un mensaje que tiene mucho de razón, pero es la persona menos indicada para hacerlo.
Para ser diputado se tiene que utilizar papel higiénico y evitar malos olores o marcas extrañas que deja el hombre o la mujer de acero, que se oxidan ante la contaminación del medio ambiente.
El diputado JOAQUÍN HERNÁNDEZ CORREA tomó el estrado para manifestar “el tema de la recompensa que ofrece la Procuraduría General de la República y el Gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO, por un ex Gobernador de nuestro Estado, es un tema que nos agobia, avergüenza y lastima a los tamaulipecos”.
Agregó que malas prácticas administrativas, corrupción, malversación de recursos públicos y vicios en el ejercicio del Poder, así como el endeudamiento excesivo desde hace varios sexenios gubernamentales, propician consecuencias graves en el desarrollo económico y productivo del Estado.
“Por eso hoy tenemos el gran compromiso de componer el desorden político generado en más de 20 años de Gobiernos ineficaces, es tiempo de curar y de fortalecer a Tamaulipas para hacerlo producir, y así devolverle a la sociedad su confianza en las instituciones públicas”, señaló.
Agregando, que “lo importante es que el proceso de cambio se ha iniciado a partir del primero de octubre, porque los tamaulipecos así lo quisieron, porque ya no se podía seguir tapando el sol con un dedo, era absurdo y contraproducente continuar diciendo que en Tamaulipas no pasa nada, como solía decirlo EGIDIO TORRE, el último Gobernador Priista”, resaltó.
JOAQUÍN HERNÁNDEZ cuando fue alcalde de Madero, asumió una actitud sumisa con el exgobernador YARRINGTON y lo hizo para evitar que lo metieran a la cárcel por el saqueo y estela de corrupción que se vivía en el municipio del sur.
Hoy asegura que el sexenio de TOMÁS YARRINGTON, caracterizado por irregularidades y desvío de recursos sembró la semilla de la delincuencia organizada en Tamaulipas, esa que desde entonces echó raíces y creció frente a la indiferencia y consentimiento de los siguientes Gobernadores, todos de las filas del PRI.
Definitivamente pueden ser ciertos los argumentos de HERNÁNDEZ CORREA, pero no es hombre idóneo para lanzar el mensaje de la bancada panista y menos cuando es un hijo de la corrupción y la genuflexión que rindió ante el exgobernador YARRINGTON ante quien lloró para evitar la cárcel, según cuentan algunos testigos del encuentro.
Es un hombre que hace de la conveniencia su mejor moneda, prostituye su ideología y su ser, siendo un hijo de la corrupción que nació en el seno de un hogar priísta, se convirtió en perredista y ahora panista.
Olvida el pasado de corrupción y podredumbre en el que vivió su padre y el seno de su hogar.
Un hombre manchado por sus propios escupitajos lanzados al aire.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
Contacto:
patinadero@hotmail.com
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