En la mayoría de las mujeres, hablar de la menopausia es sinónimo de achaques, bochornos, dolores de cabeza intensos, cambios hormonales, entre otros muchos cambios físicos y también emocionales como depresión, ansiedad, tristeza, e incluso el inicio de la vejez o la “decadencia” en la mujer. Y si, tal vez equivocadamente, asociamos todos estos cambios a la irremediable perdida de la juventud y la culminación de la etapa reproductiva.
En estos últimos días, al poner especial atención a este tema en mujeres que están a mi alrededor y que oscilan en la edad de “la menopausia”, (y que es posible me sienta identificada por estar cercana a esta etapa), me di cuenta cuál es la percepción de la mayoría de ellas, y es que es inevitable sorprenderme por el panorama tan devastador que predicen en esta etapa en la que “debería” suponer la “liberación” o culminación de la etapa reproductiva “solamente” y disculpen que entrecomille tanto estas palabras, pero para mí, es importante presentarles otra versión de la situación, cómo dice una canción: La mejor versión de mi. Y si, ésta debería ser la mejor versión de cualquier mujer que este pasando por ello.
Especialmente voy a hablarles de la Histerectomía (retiro de la matriz por cualquiera que sea la causa). En esta situación, la mayoría de las mujeres, (al igual que en la menopausia), presenta cambios físicos y también emocionales, ya que la matriz es significado de la etapa reproductiva en la mujer y la creencia es, que al ya no tenerla, dejamos de serlo, e incluso se piensa que ya no sienten el mismo placer al tener actividad sexual, o que ya no funcionan sin ella, o simplemente dejan de ser mujeres; ésta, es una idea totalmente equivocada.
Desde mi percepción de la vida, es justo en ésta etapa en la que podemos disfrutar ampliamente y sin preocupaciones de nuestra sexualidad; es cuando empiezas a disfrutar de la libertad sexual al no tener que cuidar hijos pequeños pues ya crecieron; ya cumpliste con esa responsabilidad; ahora ya puedes tener el tiempo que antes no tenías; puedes ir a tomar un café con las amigas; regresar el gimnasio; salir de compras; disfrutar a tu pareja con más plenitud pues ya no hay de que preocuparse. La sensibilidad no se pierde. En caso de que te hayan retirado la matriz, ya no habrá sangrado mensual, adiós a las fastidiosas toallas sanitarias, adiós a cuidarte de algún accidente en tu ropa, y a la incomodidad que mes tras mes generan los cólicos, YA NO MAS!.
Muchas mujeres piensan que al no tener el órgano reproductor, quedarán huecas, y eso es un gran error, ya que los demás órganos como intestinos, vejiga etc. se acomodan en ese espacio y todo funciona de lo más normal, solamente te retiran un órgano que ya no cumple la función para la cual fue creado: La reproducción.
Obviamente estoy hablando solamente de los casos en los que la mujer ya se siente satisfecha con la cantidad de hijos que procreó, ya que en otros casos en los que fue necesario realizar la Histerectomía por problemas de salud, ahí si la cosa es diferente, y habría que investigar la causa y tomar cartas en el asunto para dar apoyo psicológico a la paciente; pero en todos los casos, el enfoque que le demos, la actitud y la percepción de las cosas, juegan un papel muy importante para salir bien libradas emocionalmente de ello, y si me preguntan ¿Si se puede vivir plena y feliz en esta situación? Mi respuesta será: ¡“Claro que si”! Todo depende de los recursos emocionales con los que contemos o como decía mi abuelita, “del cristal con el que se mire”.
Ponte a hacer un recuento de tu vida. Pregúntate si estás satisfecha con lo que has logrado a nivel personal, familiar y profesional; si tú respuesta es “Si”, seguramente lo pasarás de lo lindo en esta etapa, pero si es “no”, entonces estás justo en el momento en el que puedes iniciar la planeación de tu realización personal y aún tienes tiempo para lograrlo, cómo les dije antes, “todo depende del cristal con el que se mire”. Así que este mensaje es para ti, bella mujer que lees mi columna, si, es para ti, levántate de esa cama, párate frente al espejo y observa a la nueva mujer en la que te estás convirtiendo, más madura, más libre, más disfrutable y más interesante. Ahora te estás convirtiendo en “La mejor versión de ti”.
Con cariño
Dra. Griselda Reyna.
Psicóloga.