Si mal no recuerdo, uno de los slogans del Instituto Federal Electoral dice: “Objetividad, imparcialidad, certeza, legalidad e independencia”; valores que, se supone, son los que rigen el trabajo del organismo encargado de administrar el proceso electoral.
Desde que se creó el IFE, los mexicanos nos hemos “chutado” la cantaleta de que es un grupo conformado por ciudadanos quienes, sin ninguna preferencia partidista, se encargan de vigilar la legalidad de los procesos electorales.
Desafortunadamente existen ocasiones en las que estos principios son violentados por algunos personajes quienes logran infiltrarse con su propia agenda para beneficiar al partido de sus amores.
Tal es el caso de algunos integrantes de la Junta Distrital Electoral en Matamoros, quienes olvidándose de la responsabilidad que tienen ante sus conciudadanos de sancionar el proceso electoral en la más pura y estricta imparcialidad, mintieron (o en el mejor de los casos, omitieron) informar de sus preferencias y antecedentes políticos al momento de pedir ser considerados como consejeros.
Para muestra ahí les van unos cuántos botones. Delia Arellano, consejera electoral, participó como candidata de la coalición PRD-PT a la diputación local en las pasadas elecciones del año 2007.
Si alguien lo duda, basta que busque el Periódico Oficial del Estado con fecha del miércoles 21 de noviembre de 2007, donde aparece la lista de los candidatos a diputados según el principio de mayoría relativa. En la página 10 encontrarán el nombre de la hoy consejera.
Si esto fuera poco, hace apenas un par de años Arellano, en su papel de reportera, fungió como vocera en la campaña en donde el priista Jaime Seguy Cadena obtuvo el triunfo en una diputación local.
¿Más casos? Armandina Escamilla Cisneros es la directora de una galería de arte que pertenece al Ayuntamiento de Matamoros, una ciudad donde el alcalde (o sea el jefe de la consejera ciudadana), es un priista.
Quienes se echen un clavado en las redes sociales, podrán encontrar que en su página de Facebook, Escamilla Cisneros no le pone “me gusta” a personajes o políticos relacionados con el PAN o el PRD. Los únicos que lograron este “reconocimiento” por parte de la hoy consejera ciudadana fueron Carlos Valenzuela (Diputado por el PRI) y Marco Antonio Bernal (también priista).
¿Y qué tal sus amigos? Después de todo, los lectores podrán estar de acuerdo que se puede decir mucho de una persona al ver sus amigos. Pues bien, al checar esta lista podremos encontrar nombres de militantes del tricolor tan prestigiados como Guadalupe Flores Valdéz, Miguel Rubiano Reyna, Gabriel de la Garza, Tomás Yarrington, Héctor López González, Enrique Cárdenas del Avellano, Humberto Zolezzi Carbajal e, incluso, “La Fuerza de México”… o sea el PRI de Matamoros.
En honor a la verdad también tiene a militantes de otros partidos: Leticia Salazar, Emiliano Fernández… y párenle de contar.
Desgraciadamente en nuestro país las leyes siempre están a la interpretación que mejor le convenga a quien le convenga, y por lo tanto estas consejeras electorales van a alegar que ellas no están haciendo nada malo y tienen su conciencia más tranquila que una noche despejada y de luna llena.
Sin embargo es muy cuestionable que personajes con estas marcadas preferencias partidistas, sean los árbitros de una elección federal tan importante como la que está iniciando.
No sé por qué me llega a la mente una frase que le escuché recientemente a Manuel Cavazos Lerma, candidato del PRI al Senado de la República: “si tiene plumas de pato, camina como pato y grazna como pato, quiere decir que es un pato”.
Tristemente en la Junta Distrital Electoral de Matamoros huele a pato… tricolor.
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