Este fin de semana se romperá en Nuevo León una racha de al menos mes y medio con temperaturas que no bajaron de los 37 grados con luz solar. Cierto, sucedió en plena canícula (21 de julio-11 de agosto), pero en años pasados se registraban días con lluvias que bajaban los termómetros a 30 grados.
Este verano de 2022 no se aplicó que a los neoloneses nos llovió sobre mojado, porque de haberse cumplido esa frase popular las presas estuvieran en niveles óptimos para garantizar el suministro de agua potable a las familias de la zona metropolitana de Monterrey.
La sequía, el calor y las altas temperaturas han sido tan implacables que agarró a todos, gobierno y habitantes, fuera de base. Samuel García tomando acciones de urgencia como comprar un avión para bombardear las nubes, y la gente desembolsando dinero no programado adquirir tinacos, tambos o cubetas.
Hace varias semanas Hora Cero hizo un reportaje sobre el Socavón de Santiago. Una obra hídrica, construida hace casi 60 años, para sacar agua del corazón de la sierra de un manantial y que, hasta hace tres años, suministraba 900 litros por segundo al conectarse a la red de Agua y Drenaje de Monterrey.
La verdad me impresionó ver cómo la sequía, literalmente, casi ha secado esa fuente de agua pues solo aporta 300 litros por segundo. Mención aparte es la pureza del líquido que se puede tomar sin necesidad de purificarse.
En el túnel por donde está la tubería que saca el agua del manantial se notan las huellas de la reducción tan dramática. Los encargados de su operación nos dijeron que cuando un huracán se exprime sobre la sierra la aportación a la red de AyD es de mil 200 litros por segundo, lo cual no sucede desde 2019 con la tormenta tropical Fernand.
A propósito, esta fue la nota que publicó el periódico Vanguardia el 8 de septiembre de ese año:
El paso de la tormenta tropical Fernand por la entidad dejó mayor cantidad de agua que los huracanes Alex y Gilberto, informó Protección Civil de Nuevo León.
El director de Protección Civil estatal, Miguel Perales, explicó que las estaciones de la Comisión Nacional del Agua registraron hasta 540 milímetros de lluvia desde el martes hasta el jueves de la semana pasada.
De acuerdo al funcionario, durante el huracán Alex, que pasó por la entidad en 2010, se registraron 446 milímetros de lluvia. Además, por su causa murieron 21 personas en el estado.
Por otro lado, durante el huracán Gilberto, ocurrido en 1988, se registraron 370 milímetros de lluvia y murieron 225 personas.
“A pesar de que no fue un huracán este fenómeno, la captación de lluvia fue muy importante”, indicó Perales. Por Fernand, dos personas perdieron la vida al ser arrastradas por la corriente de arroyos desbordados.
Volviendo a mi editorial, la buena noticias es que no debemos rezarle a las 20 mil vírgenes para que azote un huracán en Nuevo León, pues una tormenta como Fernand sería el remedio de todos nuestros males.
La malo es que a la temporada de abundantes lluvias ya le restan pocas semanas. ¡Apúrate Samuel!