Los resultados arrojados por el PREP originados en las elecciones del pasado domingo 5 de junio marcan el rumbo del cambio en Tamaulipas. Los números siempre son contundentes y están más allá de cualquier narrativa ideológica o de conveniencia partidista. En la universidad se le llama ciencias exactas pues no tienen nada que ver con anhelos humanos o proyectos políticos.
El escritor colombiano Gabriel García Márquez (GABO) nos narra en “El Otoño del Patriarca” con su ya característico realismo mágico hasta donde lleva la soledad del poder a Zacarías, el personaje principal del relato, que está empatada con una negación absoluta de la realidad, la cual se resiste a aceptar hasta que dicha realidad lo devora más allá de sus anhelos y le impone sus consecuencias. Lo que GABO hace magistralmente en esta novela, que parece más bien un poema largo, es una descripción puntual de la naturaleza humana en los personajes o grupos de poder.
Pero el tema de esta columna no tiene nada que ver con la obra del premio nobel que escribió posterior a “Cien años de soledad”. El punto es abordar la frialdad de los números “preliminares” y en función de analizarlos con lupa emitir ciertos diagnósticos y sus efectos en los personajes cercanos al poder.
El total de votos registrados por el PREP es de 1,422,038 de una lista nominal de 2,685,341; esto nos arroja una participación del 52.95% que a juicio personal no es para presumir pero podemos sugerir que arriba del 50% el abstencionismo no nos atropelló. Solo como referencia en la elección pasada para gobernador del 2016 el porcentaje de participación fue de 56.23%.
Cabeza de Vaca ganó la elección con 721,049 votos contra 517,319 de Baltazar. Incluso la suma de todos los competidores no alcanzaban la cifra del entonces candidato del PAN a la gubernatura de Tamaulipas. Hoy, seis años después el Doctor Américo Villarreal Anaya, (AVA) de acuerdo a los números del PREP, se perfila como el próximo gobernador de nuestro estado con 710,952 sufragios, (49.99%) el Ingeniero Cesar Augusto Verastegui Ostos (CAVO) con 628,541 (44.20%) y Arturo Diez Gutiérrez (ADG), muy en el sótano con 44,895 (3.15%) y al igual que la elección pasada, ni la suma de votos de los candidatos perdedores es suficiente para alcanzar al triunfador. Eso, al igual que la elección del 2016, se llama triunfo irreversible.
Si hacemos un recuento de los resultados de los 22 distritos electorales de nuestro estado comenzando por el primero de Nuevo Laredo nos vamos a encontrar que los primeros quince distritos son ganados por AVA y hasta el 16 y 17 de Xico y Mante aparece el primer triunfo de CAVO, el 18 de Altamira es nuevamente para AVA y del 19 al 22 fueron para El Truko. Arrojando un resultado contundente y lapidario de 16 distritos para AVA y 6 para CAVO.
Los resultados en Matamoros son por demás sorprendentes, además que históricos. CAVO obtuvo un total de 64,145 votos. ADG sumo 7,269. Antes de mencionar la numeralia de la alianza “Juntos hacemos Historia en Tamaulipas” permítaseme contextualizar el crecimiento de Morena con Mario López en nuestra ciudad. En su primera elección en el 2018 logró 75,651 sufragios, en el 2021 rompe récord con 107,167 y hoy abona para el triunfo del Dr. Américo Villarreal la cifra 109,104. Por esta razón irrebatible que arrojan los números fríos Mario Delgado alude a Matamoros como el santuario de Morena en Tamaulipas. Cabe señalar que de acuerdo al carácter inmisericorde de los números citados, la diferencia entre AVA y CAVO en Tamaulipas es 82,411 y en Matamoros es de 44,959.
Querido y dilecto lector, hace seis años los números eran irreversibles a favor del PAN, hoy la numeralia repite la esencia irreversible a favor de Morena. Solo esperamos que en función de las matemáticas, los perdedores tengan los tamaños para respetar la voluntad popular como en la elección pasada otros perdedores la tuvieron y hoy son sus aliados.
Por último toca mencionar que Mario López colocó a Matamoros como el principal aportador de votos para el triunfo del Doctor Américo Villarreal. Todo esto sin andar como perrito faldero pegado al candidato para que siempre lo vea. Decía Joseph Fouché, el genio francés: Más vale estar lejos y saberse cerca del triunfo, que estar cerca y saberse lejos de ganar.
El tiempo hablará.