La vida democrática moderna en México no se puede entender sin la participación activa del sector empresarial, particularmente en la zona norte del país. A un año de las próximas elecciones presidenciales, su ausencia pública en el debate por el futuro es notable.
Para los que nos tocó vivir en los tiempos del PRI monárquico, se recuerda como los empresarios ocupaban un espacio en el escenario político desde donde cotidianamente se pronunciaban sobre políticas públicas y contribuían con iniciativas privadas de beneficio social, como la visionaria plataforma de seguridad social impulsada por Eugenio Garza Sada en Monterrey.
Desde el norte, la iniciativa privada produjo liderazgos importantes que encontraron mayormente en el PAN y algunos en el PRI los espacios para migrar del poder privado al poder público. Quizá los más notables -para bien o para mal del panismo tradicional- fueron los llamados “bárbaros del norte” surgidos en los 80´s y encabezados por Manuel J. Clouthier “Maquío” en Culiacán, Francisco Barrio en Ciudad Juárez, Rodolfo Elizondo en Durango, Vicente Fox en Guanajuato, y Fernando Canales en Nuevo León. Por el tricolor, empresarios como Patricio Martínez en Chihuahua y Benjamín Clariond en Monterrey llegaron a las alcaldías y a las gubernaturas de dos de los estados más importantes en desarrollo económico en el país.
Pero esos fueron otros tiempos. Tras la presidencia de Fox, los “sindicatos patronales” se han ido desvaneciendo de la participación abierta en la vida pública de México. Al margen de sus filias o fobias ideológicas, la voz empresarial era escuchada por los gobernantes. Hoy, las únicas referencias en la agenda pública que se tienen son Carlos Slim y su cercanía con el gobierno de AMLO, y la estridencia digital de Ricardo Salinas Pliego, quien lo mismo regala dinero que mienta madres en Twitter. De “soldados del PRI” como dijo Emilio Azcárraga Milmo, a discretas publicaciones sobre el abstencionismo en el blog de la Coparmex nacional.
La noche del 13 de junio estuve en una gala del Consejo Canadiense de las Américas. Allí, el ministro de Innovación, Ciencia e Industria de Canadá, y anteriormente ministro de Relaciones Exteriores, François-Philippe Champagne, consideró que a medida que el mundo transita hacia las energías limpias, aquellos países que quieran desarrollar sus capacidades en nuevas tecnologías, generar riqueza y fortalecer sus alianzas comerciales deberán de ser: estables, productivos y respetando el estado de derecho.
Bien harían los empresarios en México, a un año de la elección presidencial, en retomar su lugar en la plataforma pública y política para promover estabilidad, productividad y respeto al estado de derecho en el país. Para sobrevivir en este mundo interdependiente, creo que ellos deberían de ser los más interesados en hacerlo.
Horacio Nájera es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL y maestrías en las Universidades de Toronto y York. Acumula 30 años de experiencia en periodismo, ha sido premiado en Estados Unidos y Canadá y es coautor de cuatro libros.