Cuando Germán Martínez Cázares asumió la dirigencia nacional del PAN quitó a Santiago Creel Miranda como coordinador de los legisladores panistas en el Senado.
En el caso de Tamaulipas, los estatutos del Partido Acción Nacional confirieron al presidente en turno plenos poderes para haber tomado una decisión que ya estaba en tiempos extras.
La noche del martes 9 de diciembre, Francisco Garza de Coss decidió quitar al corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca, como líder de la bancada panista en el Congreso de Tamaulipas, quien todavía goza de impunidad y fuero como diputado local.
Garza de Coss no actuó con revanchismos porque se apegó a los estatutos de su partido donde el presidente nacional o estatal del PAN, cual sea el caso, no tiene que consultar con nadie, ni mucho menos pedir permiso, para remover a sus coordinadores en las sedes legislativas.
Esta decisión es un mensaje a las autoridades estatales de Tamaulipas que han actuado con tortuguismo sobre el caso de la comprobada corrupción, cuando Cabeza de Vaca y un grupo de ladrones se despacharon con la cuchara grande de los recursos públicos del Ayuntamiento y la Comapa.
Porque después de la multisonada investigación que hizo la Auditoría Superior del Congreso Local, aún no hay señales. Y como dijo Don Teofilito. “Ni las habrá”.
Todo parece que a Cabeza de Vaca, por parte de las autoridades del gobierno, no se le toca ni con la hoja de un expediente. Y fue su propio partido quien les puso la muestra y lo puso en su justa dimensión: Cabeza de Vaca ya no es nadie.
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