Esto se va a poner bueno. Ahora resulta que Elon Musk ordenó diseñar y construir una mujer robot equipada con IA (Inteligencia Artificial). Algo así como en aquel viejo programa de los 60’s “Mi Muñequita viviente”. Dejando de lado la misoginia, el machismo y la cosificación de la mujer que esto significa e implica, mucha risa me va a dar ver lo que sucedería después con esas fantasías masculinas tan ridículas.
Resulta que diseñaron una cosa con ciertas características físicas de una mujer joven y perfecta, pero programada mediante Inteligencia Artificial, para que muestre emociones y pensamientos que no incomoden a los “más-culinos”. O sea, que no se las haga de bronca, que esté siempre de buen humor, que no tenga síndrome premenstrual, que no envejezca ni sufra menopausia, que no salga con que “estoy embarazada otra vez”, que cumpla todos sus caprichos y esté siempre a su disposición, que no pregunte cosas, especialmente “¿Dónde andabas?”, diseñada para saber “hacerse mensa” y, sobre todo, que se encienda y se apague con un botoncito…y creen que así van a ser inmensamente felices.
¡Ya mero burritos! ¡Ya los quiero ver cómo les va ahí donde la nano tecnología, los chips y los alambres pretenden suplirá las hormonas, las neuronas y la maravillosa composición bio-psico-social humano del género femenino natural!
Cunde en las redes que Elon Musk, ha diseñado a su “mujer ideal” y que es su nueva novia. ¡Hasta dicen que será su próxima esposa! ¡Ándale!
Pero, si la Inteligencia Artificial resulta ser tan efectiva y superior a la inteligencia natural, si las emociones pueden estar tan perfectamente controladas y los pensamientos y los razonamientos artificiales pueden llegar a ser tan infalibles, la “monita” le va a dar tres vueltas al magnate antes de que éste se de cuenta. No pasará mucho tiempo antes de que la nueva “señora Musk” con su gran Inteligencia Artificial, detecte todos los defectos, errores e incongruencias de su marido “natural” que no deja de ser un simple mortal.
En menos que se le caliente un chip, “ella” le va a plantar el divorcio al señor, lo va a hacer de forma tan fría y estratégica que va a ganar el juicio sin problemas y además se va a quedar con toda la fortuna de su maridito porque “ella”, la máquina perfecta, no se puede equivocar, ni le van a entrar angustias, ni la van a traicionar los nervios, ni las culpas, ni las dudas, ni los miedos e inseguridades…¡Porque no los tiene!
La muñequita viviente, robótica programada para ser siempre bella, feliz y perfecta, le va a salir un día con que “No puedo procesar tus datos, tu peso corporal está por encima del correcto, el diámetro de tu abdomen ha aumentado peligrosamente, has perdido 2,345 cabellos en una semana, percibo una presencia etílica en tu sistema que indica un índice superior al permitido, además, mi sistema requiere de mantenimiento especial (afinación balanceo y rotación, cambio de aceite y algo de hojalatería y pintura), etc”.
Es decir, en palabras humanas, -que gracias a la inteligencia natural ,las mujeres muchas veces preferimos no decir-la robot, que solo puede procesar datos reales, va a detectar y señalarle lo siguiente: “estas menso y no te entiendo, gordo, panzón, quedándote calvo y borracho y además necesito ir a la estética, y unos arreglitos con el cirujano plástico. Dame dinero”.
Claro que, de inmediato el masculino buscará el botón de apagado, a ver si la monita se calla de una buena vez para volver a meterla en su caja y reclamar la devolución de su dinero. ¡Pero no será así!
Porque la monita, con su gran IA, se va adelantar a las humanas intenciones del marido que muy pronto terminará como un triste muñeco inflable y hueco al servicio de “la mujer perfecta”. ¡jajaja…. los hombres y sus fantasías sexuales!
Eso sí, para los hombres “muñecas preciosas” y para nosotras las mujeres los robots parecen el mono de Michelin. Se van a electrocutar por andarse enchufando donde no deben… ¡Tienen que ser fake news! ¿O no saben en lo que se meten?