El plazo marcado para empezar el proceso de transición son 30 días antes de tomar posesión la nueva administración estatal.
Por primera vez en la historia de Tamaulipas entrará un equipo de otro partido a hacerse cargo del estado, así que los salientes se la están tomando con calma, supongo que la realidad es muy dura como para afrontarla sin sentir tristeza.
Cuántos de ellos y ellas han permanecido a buen resguardo trabajando en posiciones de poder sexenio y trienio tras trienio, pues en los casos donde los municipios hayan quedado en manos de otro partido, las cosas también han de verse complicadas.
Aquellas y aquellos que tenían todo controlado, que su trabajo se había convertido en un coto de poder y de rutinas repetidas hasta el cansancio, se supone que con la llegada de la nueva administración estatal ya no será de esa manera.
Los equipos priistas acostumbrados a pasarse la estafeta sin revisión a fondo de nada, hoy andan apurados re acomodando la gente en sus lugares, checando cuentas, verificando dónde está cada cosa, porque hay que entregar un informe completo a los panistas.
Ese cambio de estafeta no sólo es para la administración estatal, también para los tres poderes del estado, el judicial, legislativo y ejecutivo.
Para estos se requieren por lo menos doce personas para cada uno, quienes se harán cargo de revisar en qué condiciones están entregando cada área.
Igual pasará en las secretarías. En cada una de éstas doce personas del nuevo equipo no tardan en apersonarse para que les hagan la entrega de todo.
Y en el caso de los 43 ayuntamientos se establece que son siete personas las que tienen a su cargo hacer este procedimiento.
Echando cuentas en lo que se refiere a los ayuntamientos son 301 personas las que recibirán las presidencias municipales, sean del partido que sean.
Para los tres poderes son 36.
Y 168 personas para las 14 secretarías estatales. Todo da un total de 505 por lo menos, quienes tendrán la responsabilidad de recibir la documentación, mobiliario, equipo, personal. Todo.
A partir de que inicie el octubre la nueva administración tanto estatal como municipal, así como el trabajo en los poderes judicial y legislativo, los nuevos encargados dispondrán de setenta días para hacer las observaciones necesarias y las denuncias en su caso.
Carlos García, diputado local plurinominal por el Partido Acción Nacional está encargado de la entrega recepción del poder legislativo y del área de presupuesto estatal.
Ya tiene experiencia en esa tarea, le ha tocado encabezar equipos de transición en el ayuntamiento de Matamoros.
Pronto, muy pronto los panistas empezarán a buscar dónde vivir en Ciudad Victoria, son ellos los que se quedarán con los mejores puestos de la administración estatal y alguno que otro priista traicionero.
El periodo de acoplamiento de los nuevos equipos esperemos no requiera tanto tiempo, porque al final quienes resultan perjudicados son las y los tamaulipecos que esperan una transición tersa, pero con el poder de fiscalización necesario para detectar anomalías en el manejo de los recursos públicos.
Y pensándolo bien, ¿quién será la o el chivo expiatorio de los pecados cometidos durante la presente administración? Siempre hay alguien y más tratándose de partidos distintos, ¿a quién le tocará la mala suerte esta vez?
Agilizar la entrega-recepción
Los panistas quieren que el mandatario electo pida que se agilice el proceso de entrega recepción, aprovechando que García Cabeza de Vaca ya apareció después de varias semanas de vacaciones.