Cuando comencé escribir esta columna tenía un prejuicio acerca de los artistas que utilizan la droga para crear. Me parecía que no estaban en buen camino y que no existía una necesidad para ello; sin embargo al investigar me di cuenta de que no son las drogas las que ayudan a la creatividad, sino a sus estados mentales como la ansiedad y la depresión que sufren la mayoría.
En mi experiencia recuerdo haberle comentado a un jefe de redacción acerca de mi dificultad para dormir y que, según leí, era común entre los reporteros que entrarían en el grupo de los creativos como escritores o investigadores, por lo cual me sugirió contrarrestar mi mal estar con “unas cervecitas antes de irme a dormir”.
Según la experiencia del doctor Oscar Prospero, investigador de la Facultad de Fisiología de la UNAM, por cuestiones éticas no se pueden hacer grupos de prueba para ver quiénes son más creativos, si los que consumen drogas para crear o a quienes les da un placebo.
“Normalmente una persona creativa es creativa sin drogas, y frecuentemente quienes consumen sustancias las utilizan para bajar la ansiedad. Existen distintos niveles de ansiedad y en caso de que el artista cuente con el nivel más alto, como con una crisis de pánico no le permitiría ser creativo. Las drogas le ayudan a calmar la ansiedad, que le estaba impidiendo expresarse y, ya sin ella pueden escribir o pintar, lo que sea la expresión de su arte. Las drogas no le dan mayor creatividad, les baja la ansiedad y así pueden aprovechar su creatividad”, explicó el doctor.
Se dice de forma práctica que quien vive con depresión vive en el pasado y con ansiedad: en el futuro, pasando por alto el aquí y el ahora que recomiendan los psicólogos para una mejor salud mental.
Según la definición clínica de la depresión, es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más, y también de manera cíclica.
En cuanto a la ansiedad, se caracteriza por tener pánico a lo que puede suceder sin que haya pasado, como ejemplo antes de cruzar un puente o una calle obscura, lo cual ayuda a estar más alerta o ser más cuidadoso y se concluye después de salir de la situación que lo provocó.
El consumo de las drogas no es exclusivo de los artistas, al igual que la depresión y la ansiedad que pueden sufrir millones de personas como en Estados Unidos, donde se han duplicado por cuatro en los años 2010 al 2015 las muertes por sobredosis de heroína.
No podemos concluir que esas muertes se deben a gente que consume drogas para escapar de su realidad sumida por depresión o ansiedad, pero seguramente sería una gran parte que nunca asistió a un psicólogo psiquiatra para obtener ayuda profesional.
Siempre he dicho hace falta un censo en la población en México, y que llevándose a cabo casa por casa se puede atender de manera oportuna a las personas que lo necesiten y evitar que caigan en la automedicación por medio de drogas, que es lo que hacen la mayoría por desconocimiento de otras alternativas para mejorar su salud.
“Los artistas que consumen drogas lo utilizan como automedicación, en lugar de un tratamiento psiquiátrico”, especificó Prospera.
La mente al igual que cualquier parte del cuerpo puede tener desperfectos, y es totalmente natural y humano que al igual que se acude al oftalmólogo u optometrista para graduar unos lentes, se consulte con profesionales con ética que les permite no juzgar a los pacientes, como psicólogo o psiquiatra quienes otorgaran terapia o medicamentos para ayudar a sanar.
“La psicofarmacología ha progresado, de tal manera que ayuda a que la persona pueda llevar una mejor calidad de vida y enfrentar la vida con sus vaivenes de ésta, con sus altas y bajas”, concluyó Prospera.