Por Rodolfo Martínez Galván
Y se vinieron las lluvias y con ellas los problemas urbanos como encharcamientos de avenidas e inundaciones en colonias asentadas en las partes bajas de la ciudad.
Causan molestias en algunos y perjuicios en otros, y por ende, el termómetro social marcó elevación del enojo ciudadano que obvio descargó su coraje en la autoridad municipal sobre todo porque pretende reelegirse.
En descargo de la alcaldesa obra que Reynosa carece de drenaje pluvial, y eso genera otro problema.
Al utilizar el drenaje sanitario para conducir agua de lluvia esta arrastra toda clase de desechos con los consecuentes taponamientos en las tuberías, y al no circular las aguas negras rebotan para brotar por las alcantarillas.
Sin embargo, en las elecciones municipales de 2016 la doctora Ortiz invocó como argumento para pedir el voto el insoluble problema de fugas de aguas negras y las balaceras.
Si bien es un hecho público y notorio que datan por lo menos desde hace 12 años, ahora que nuevamente pida el sufragio no todos la van a disculpar.
Por lo anterior, es que los alcaldes regularmente terminan desgastados y además con enemigos de adeveras. En Reynosa el presupuesto nunca ha sido acorde a las requerimientos urbanos y en consecuencia la autoridad local no con todos queda bien.
En síntesis: temporada de lluvias, período de problemas. El mal humor social se va incrementar y va a ser un pesado lastre que podría hundir al barco de la reelección en plena campaña.
Pero ya es miércoles, tradicional rompe semana, pásenla bien, aunque no pierdan de vista que las lluvias van a seguir y en una de esas termina flotando su vehículo o se va de trompa en un socavón.