Ya se sabe por qué el gobierno federal, y los estatales o municipales, se hacen de la vista gorda con los líderes sindicales corruptos: nada más y nada menos porque estos parásitos del sistema le sirven en sus intereses partidistas, especialmente en época de elecciones.
Sólo así se explica uno que el PRI siga siendo un partido corporativista que finca en los acarreos la base de su voto duro. ¿Y quiénes son los que manipulan a los “borregos” que asisten a los mítines de ese partido bajo la promesa de un lonche o una gorra o una camiseta? Pues claro que los líderes sindicales en los organismos oficiales.
Todos esos tipos que pululan en la CTM, la CROC, la CNC, el IMSS, PEMEX y el Sindicato de Maestros además de otros organismos paleros del PRI, tienen la consigna de manipular a las masas a cambio de gozar de impunidad inclusive en delitos graves.
Por eso el gobierno federal no hace nada contra los aviadores del Sindicato de Maestros. El secretario de Educación Pública, por órdenes presidenciales, está de brazos cruzados debido a que esos aviadores forman parte del corporativismo en que se mueven los dirigentes del partido tricolor.
Están cometiendo un crimen de lesa humanidad al embolsarse millones de pesos sin trabajar tanto maestros que no dan clases, como administradores de escuelas que no administran nada y los dirigentes sindicales que se quedan con el presupuesto que es para los educandos.
El reporte del Inegi lo tiene en su escritorio Enrique Peña Nieto, pero no puede y no quiere hacer nada porque en 2015 hay elecciones intermedias y el PRI sueña, como en los viejos tiempos, con el “carro completo”. Por eso el desdén presidencial a las cifras oficiales que señalan cómo está ocurriendo el robo del siglo, pues necesita a esos bichos en las casillas y antes en las campañas para los acarreos y la coacción del voto.
Fíjese usted, estimado lector, en el reporte del Inegi al respecto: 45 por ciento de las escuelas en el país no tiene drenaje; 11 por ciento no tienen sanitario; 31 por ciento no tienen agua corriente; 35.8 por ciento no cuentan con área deportiva.
Pero lo más deprimente viene después: 94 por ciento están sin laboratorio en sexto de primaria y 82.4 por ciento sin drenaje en Oaxaca. Ah, y muchos maestros tienen un raquítico sueldo, como consecuencia de que el dinero no sirve para compensar su tarea, pues el reporte del Inegi señala 298 mil 174 pagos irregulares o ilegales a los susodichos aviadores o comisionados.
Imagínese usted lo que la organización Mexicanos Primero ha calculado que nos cuesta este despilfarro: 35 mil millones de pesos cada año, es decir 95 millones de pesos diarios o el equivalente a mil 99 pesos por segundo. ¿Cómo la ve, estimado lector?
Y todavía así hay quien tiene el descaro de pedir que el gobierno federal invierta más en educación, cuando lo que destina México a este rubro es mucho más del Producto Interno Bruto que el de Brasil, España o Suiza, pero como se trata de un barril sin fondo, a muchos cínicos se les hace poco y quieren más.
No hace falta sangrar en forma extrema las arcas. Basta con que el dinero de la educación se destine a la educación y que no se lo roben ni sirva para enriquecer a líderes corruptos que así se cobran los favores que le hacen al PRI y al gobierno al que están plenamente sometidos.
Pero mientras no termine este contubernio, no hay esperanzas de que Enrique Peña Nieto dé la orden de limpiar el ducto por donde fluyen los millones de pesos. Después de todo esos aviadores y líderes corruptos son parte de su activo fijo para seguir ganando elecciones en 2015. Ni modo. A seguir llorando el despilfarro de dinero y la tremenda realidad que aqueja a nuestro sistema educativo.
Discussion about this post