El mensaje de Pedro Joaquín Coldwell en Tamaulipas fue un rosario de buenas noticias para el estado. Este quintanarroense con cero experiencia en el área de hidrocarburos, ya que sus únicos cargos han sido o dentro del senado, o como diputado, o como secretario de turismo, pero de petróleo y carburantes nada, a menos que sea dueño de gasolineras, o su cercanía más inmediata sea cuando acude a un expendio de gasolina a que le llenen el tanque de su auto último modelo, o que alguna vez se ponga a guisar en su casa y use gas natural.
De ahí en fuera este secretario de Energía de Enrique Peña Nieto no cuenta con los antecedentes que le hacen ser un conocedor del ramo, ésto se deduce rápidamente cuando se lee su biografía.
Será por ello que su discurso está plagado de lugares comunes. El señor Coldwell, a quien conocimos como dirigente priísta, llegó a Tamaulipas a convencernos de que vienen tiempos de bonanza, que no sólo se producirá petróleo y gas, sino energías limpias mediante la fuerza eólica.
Dijo que en un mediano plazo se estarán gozando los beneficios de la reforma energética. Que los dueños de las tierras donde se detecten yacimientos recibirán dinero por ello.
Que los tamaulipecos pueden invertir en el ramo, me pregunto cuántos tendrán la capacidad económica para hacerlo (aparte de los Garza Cantú), se pueden contar con una mano, y sobran dedos, los empresarios de esta entidad que tendrían el poder adquisitivo para entrarle a este negocio internacional, y menos después de la oleada de inseguridad que ha dejado temblando la economía no sólo de las arcas públicas, sino de las privadas.
Dice que se requerirán profesionistas que puedan atender la avalancha de puestos de trabajo que se abrirán cuando esté en su apogeo la construcción de ductos que conducirán los carburantes a los centros de procesamiento y consumo.
Calificó de absurdo que tengamos 112 mil millones de barriles de petróleo en el subsuelo, aclarando (y para sacarlo a la superficie se necesita mucho, muchísimo dinero) y que haya hogares mexicanos que no cuenten con energía eléctrica, ya sea porque no hay instalaciones o no hay dinero para pagarla porque está re cara, dirían los argentinos.
Lo que Coldwell no dijo es por qué los priístas que prácticamente mantuvieron el control del Congreso federal durante 60 años no impulsaron las tan “benéficas” reformas cuando tenían mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados.
Por qué ahora les entró la prisa en hacer las reformas, por qué como sucedió con la lucha contra la delincuencia organizada el gobierno federal se lanzó a la aventura sin haber preparado el terreno para lograr el control de aquella.
Pareciera que otra vez el gobierno federal se va a la guerra sin fusil, con una serie de reformas en materia de hidrocarburos que realmente no son la Reforma que se esperaba.
Da la impresión que todo está hecho a modo de ciertos grupos que esperan, una vez más, beneficiarse rápida y convenientemente del pedazo de la reforma petrolera que aún a los mexicanos no nos queda clara.
Ni Coldwell ni nadie han especificado en qué consisten exactamente los beneficios para los mexicanos, en cuánto tiempo se verán reflejados en la economía familiar y lo que es sumamente importante, de dónde saldrá el dinero para construir los ductos de los que habla el secretario peñista.
También nos repitió lo que he oído hasta el cansancio desde la década de los años 80 cuando llegué a vivir a Nuevo Laredo, que se daría una equivalencia de condiciones para vivir bien de lado mexicano, como sucede de lado estadounidense, nada de eso se ha hecho realidad hasta ahora.
Coldwell tampoco habló de los efectos en el medio ambiente de la explotación de hidrocarburos y construcción de ductos, como el derrame ocurrido recientemente en Nuevo León y que afectó al río San Juan.
Este funcionario tampoco mencionó que en el mundo hay países que optaron por no explotar su petróleo para no dañar los ecosistemas.
En lo que sí tiene razón es que Veracruz y Tamaulipas han sido los Estados donde se ha explotado el petróleo por decenios y ello, eso no lo dijo, no ha significado hasta ahora, mejores condiciones de vida para los habitantes de ambas entidades.
¿Qué nos haría pensar, señor Coldwell, que ahora sí será verdad lo que afirma?
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derrotero_mx
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