Porqué será que me dicen codo, compa. Si viera que no es pa’ tanto. Yo que fui al Black Friday para ahorrarme unos cuantos dolarucos.
Es cierto, lo admito. No me importaron los pisotones a mis callos que me dio una señora eufórica, o los codazos de mis amigos de Güémez, cerca de mi casita de campaña. Eso sí, nos dieron coffee free y donas a los que nos quedamos all di night.
¿O a poco creiban que sólo compran los de la frontera? Nosotros los mexicans tenemos munchos dolaritos y eso los gringos lo saben.
Yo que estuve con el ojo parao’ viendo una plasma del aparador, como que no cesó la larga cola del puente internacional de Reynosa-Hidalgo. Yo ya estaba preparao’ con mis Cheetos y mis Dr. Pepper lights.
– Hay sí, hay sí, yo me ahorré muchos dólares.
-¿Pos qué compró Chenchita?
– No pos una telesota gradototota, una Nutribullet bien moderrrna pa’ hacer bien picosa la salsa ranchera y eso sí, muchos shones de la Victoria Secret.
Sí serán, hasta cuándo comprenderán. Como decía mi Apá eso “es pura ilusión óptica”.
Y verá, lo que se ahorraron con su plasma de 52 pulgadas o su iPhone 6, se lo gastaron en comer en Lubys o en el Tony Romas, esas costillitas secas que ni ricas están (ajá), o en comprarse sus carrííísimos jeans Polo o Silver Plate.
-Cómo serás criticón mondao, deja que la raza de bronce se levante, ¡qué no ves que uno tiene derecho a progresar!
Es que mejor se hubieran ido al Güen Fin de acá de Reynosa, donde Soriana por más que gritaba con sus bocinotas, nunca estuvo a reventar. Lo mismo el Walmart o HEB de la avenida Hidalgo, la verdá. Pos qué quieren comprar diferente, la verdá, la raza no tiene lana.
Será nuestro pasado judío, porque sabrán que muchos de los españoles que llegaron al norte eran judíos. Por eso es que sabemos cuidar cada penny… cuando se puede.
Porque ahora en estos días en que vienen los regalitos de Navidad, a Rosa María le entran unas ansias locas pa’ ir de compras. Como que le entra la calor en la chompa y anda como zombie, sólo se puede curar comprando en el mol de McAllen.
Pero yo como buen esposo precavido pos le doy pa’ que se surta muy bien en en la pulga de los Muros, pa’ que se dé gusto con mil pesitos. Sí siñor. Qué compre todo lo que quiera a sus anchas. Harta ropa fina. Hasta etiqueta traiba.
Porque ahora que juimos al Black Friday como que me sentí un cavernícola man, peliando por conseguir mi iphone, cuando no alcancé ni uno. Me tendré que conformar con mi telefonito de pilas Nokia, que a veces funciona o no. Eso sí brody, puedo mandar textitos bien padres a mi hermanito Chuy, pero que como está convaleciente, pos no los podrá leer ahoritita mesmo.
-Pero ón tan las ofertas man? Yo fui a Walmart de Mission y me encontré todo ya muy escojidito, como que me daba pena llevarme el adorno de Rudolph the red nosed reindeer, o el de Burns el jefe odioso de los Simpsons.
Ahora que se acerca la Navidá como que se empieza a sentir otro ambiente en las calles… de McAllen. Porque aquí en Reynosa como que no se nos da el tener aparadores en las calles, entre tanta tierrita y casa abandonada.
Bueno, hay algunas que ya empezaron a poner sus foquitos de colores (esperen a que les llegue el recibo de la luz) y uno que otro venadito colgado en sus puertas.
Si de verda’ quieren entrarle al Christmas Spirit, pues vístanse de Santa, que al cabo unos ya tienen la barriga integrada, y vayan a la Jarachina, a repartir juguetes aunque se sientan el peor de los Grinch.
Si es que le quedaron algunos quarters o dolarillos del Black Friday, piensen primero que hay que pagar (aquí en Reynosa también se paga) la anualidad del predial y si tiene chamaquillos, pos hay que juntar pa’ las colegiaturas.
Recuerde que siguen los grandes descuentos del Güen Fin en las filas del Ayuntamiento. Haga una buena obra y aproveche su descuentacho.
Si no tiene money, no se apure, siempre está la posibilida’ de ir al Monte de Piedad, a empeñar lo poco que nos queda de valor.
O sí prefiere puede ir a las pawnshop o casas de empeño de Hidalgo, donde ahora hasta le reciben su sillón descanset, sus mesitas de la sala y hasta las sillas que-nunca-me-gustaron de mi linda suegra.
Primero muerta que parar ahí, me dijeron. Famosas últimas palabras.
El hambre es canija. De perdido pruebe unos taquitos de 99 cents de los Stripes. Le recomiendo el Q Taco, de huevito con bacon.
Y espere a que llegue la cuesta de enero, parece que ya se nos adelantó la condenada.
Por aquello del mentado Black Friday. Y eso que no soy codo.
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