Francisco García Cabeza de Vaca será el único culpable de su segura derrota en Tamaulipas el 5 de junio, pues tuvo la posibilidad de tener un mejor candidato que “El Truko”. Sin embargo su ambición lo hizo fracturar al PAN y amenazar a militantes de su partido a quienes siempre consideró sus enemigos incómodos.
La alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, antes de brincar a MORENA por su confrontación con él, era mejor que Verástegui; también Carlos Canturosas, ex alcalde panista de Nuevo Laredo, a quien sigue persiguiendo judicialmente y querer meter a la cárcel, aún como coordinador de campaña de Américo Villarreal Anaya.
Igual Jesús “Chucho” Nader, presidente municipal de Tampico, quien hubiera sido más competitivo que “El Truko” por su influencia en la zona sur.
Pero en vez de optar por la reconciliación panista, impuso como candidato a quien fue su secretario de gobierno. Un personaje siniestro que siempre optó por perseguir a los opositores del régimen y que, mención aparte, jamás hizo click con los electores ni con su sangrón slogan de campaña: ¡Tamaulipas está con madre!
Porque a 15 días de las elecciones (lo que falta cuando escribo esta columna), la amorfa alianza PAN/PRI/PRD se encamina al peor de los castigos electorales en la historia del Estado.
Hay que recordar que Cabeza de Vaca ganó con 50.1 por ciento de los votos, por 36 de Baltazar Hinojosa Ochoa. Fue una humillación del verdugo del PRI, ahora su aliado con las siglas solamente, porque cientos de líderes y sus seguidores en cada rincón del Estado, apoya a Américo.
El mejor de los ejemplos es Oscar Luebbert Gutiérrez, dos veces alcalde de Reynosa, ex diputado federal, ex senador y ex dirigente estatal del PRI. Todos esos cargos siendo tricolor, quien solo le faltó ser gobernador pero no estuvo en el ánimo del preso Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Si hace seis años los tamaulipecos estaban enojados con el PRI, ahora están que echan espuma de la rabia contra Cabeza, sus hermanos, sus cómplices, sus contratistas favoritos, y contra el PAN y los despojos tricolores que todavía quedan. De los perredistas no vale la pena ni perder tiempo.
Y pensar que el año pasado hubo mentes calenturientas, y lambisconas, que daban por un hecho que Cabeza tenía perfil presidenciable para 2024. Y ahora, después del 5 de junio, el destino del actual gobernador será un país que no tenga convenio de extradición con México, y una cirugía facial como la que se hizo “El señor de los cielos”.