Es muy probable que usted haya escuchado o leído la historia de los niños ingleses que concibieron una niña, él de 13 años, ella de 15.
Esa información, que aún no tiene un final, porque los padres del niño pidieron un examen de ADN para verificar la paternidad, nos enfrenta a la realidad que se vive en México.
No es necesario irse al otro lado del mundo para constatar que esa situación es más común en nuestro país, en nuestro Estado y aún en nuestra ciudad de lo que nos imaginamos.
Los embarazos en jóvenes no es un asunto ajeno, para no ir más lejos, en el Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo de Matamoros el jefe de Ginecología del nosocomio, Miguel Ángel Cerón Saldaña, revela que durante 2008 dieron a luz mil 471 madres adolescentes.
En este nosocomio se atiende un promedio de cuatro partos diarios de mujeres entre los 15 y 19 años.
Pero ahí no termina el asunto, los datos que manejó el médico en el foro organizado por el DIF municipal llamado “Ama tu vida, sé un mejor joven”, es que también llegan niñas de 12 años embarazadas y como si esto no fuera suficiente, en la mayor parte de los casos el embarazo es producto de una violación.
Cerón Saldaña declaró que el hospital está imposibilitado para actuar legalmente, ya que se limita a proporcionar la atención médica y hospitalaria.
Esos datos nos enfrentan a una realidad tan complicada como la inseguridad en que vivimos.
Los embarazos en niñas y adolescentes contribuyen a agravar la problemática social, ya que la mayor parte de ellos se da en familias disfuncionales, con problemas socioeconómicos que impiden proporcionar un ambiente sano al nuevo bebé.
Esa situación es común a lo largo de las ciudades fronterizas, donde las mujeres se integran a la fuerza laboral siendo muy jóvenes trabajando en las maquiladoras, lo que las hace sentir “independientes”.
De ahí la importancia de la educación sexual en las primarias.
Los niños y las niñas deben saber cómo reacciona su cuerpo ante determinados estímulos y darles la información necesaria para evitar las relaciones sexuales que deriven en embarazos a edades tempranas.
Este es un tema que no debe soslayarse por quienes quieren una curul en el Congreso federal, su responsabilidad es prestar atención a problemáticas como ésta para emitir leyes acordes a la realidad, en lugar de montarse en escenarios de trifulcas como acostumbran.
HISTORIA RECIENTE
A propósito de la visita de Margarita Zavala de Calderón a Nuevo Laredo para inaugurar un centro de atención a niños migrantes y transporte para personas con capacidades diferentes, Joaquín López Dóriga en su noticiario dijo que hacía 25 años que una primera dama no visitaba esta frontera.
Seguro al “Teacher” se le olvidó que Marthita Sahagún estuvo durante la cabalgata Unidos por sus Tradiciones que concluyó en Nuevo Laredo, donde Fox le cedió el micrófono para que diera su mensaje a los cabalgantes, acordémonos, era el tiempo en que andaba con la cosquillita de sentirse presidenciable.
Y después de ese pase de micrófono, vino otra historia, Fox se autorecluyó en un hospital para evitar emitir su voto ante la Organización de las Naciones Unidas oponiéndose a la guerra de Estados Unidos contra Irak.
El ex presidente argumentó que se dañó la columna vertebral durante la cabalgata, pero burlándose de él, hubo quien le dijo que se la había lastimado cuando se volteó para pasarle el micrófono a su mujer, ya que ambos estaban montados en el mismo caballo.
Como vemos, el dato de López Dóriga pasó por alto la breve estancia de Marta en Nuevo Laredo, ¿será porque ella se sentía presidenta y no primera dama?
Y efectivamente, Cecilia Occelli, ex esposa de Carlos Salinas de Gortari, hizo una visita formal a esa frontera como presidenta del DIF.
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