La epidemia de Influenza, que en Tamaulipas ya tiene dos víctimas mortales, pone en evidencia la falta de apoyo a la ciencia.
Déjeme comentarle que nuestro país tiene un gran atraso en este rubro, lo que nos lleva a pensar que muchas cosas se dejaron de hacer en materia de investigación, mientras los partidos políticos y organismos como el Instituto Federal Electoral, el Fobaproa y otros inventos de los gobiernos priistas y panistas se llevan el dinero que debería ser para crear mejores condiciones de vida para la ciudadanía.
Mire, tan mal están las cosas, que es probable que México no pueda continuar siendo parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, no sólo porque este año decreceremos de acuerdo a los pronósticos de la Secretaría de Hacienda, sino porque nuestro país ocupa el último lugar en inversión para la investigación y desarrollo.
Comparativamente México destina .33 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB, a este renglón, mientras Suecia encabeza la lista con el 4.0 por ciento de su PIB.
En tanto la OCDE recomienda a sus afiliados que como mínimo deben invertir en ciencia y desarrollo el 2.26 por ciento de su PIB. Como vemos estamos muy lejos de los parámetros exigidos por este organismo internacional.
La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz, criticó la postura adoptada por el gobierno mexicano, ya que en los últimos 20 años la investigación científica y tecnológica no creció al ritmo de la población y sus necesidades.
De acuerdo a los datos de la doctora Rosaura, México destinó a la investigación 0.97 por ciento del PIB, o sea, 16 mil 850 millones de pesos del presupuesto de Egresos, cuando en el país éramos 81 millones de habitantes.
En 2008, subió a 1.52 por ciento, 39 mil 86 millones de pesos, pero ya sumábamos 106 millones de habitantes.
Y para 2009, pese a que se incrementó la población en 25 millones de personas de 1990 a 2009, la asignación presupuestal para este renglón sólo aumentó 22 mil 236 millones, sin tomar en cuenta el efecto de la inflación.
En pocas palabras, y de acuerdo al informe Reviews of Innovation Policy: Mexico, presentado en enero de este año, se establece que el país ha perdido competitividad en actividades basadas en el conocimiento. Tiene el más bajo nivel en la OCDE en productividad científica, formación de recursos humanos, inversión en ciencia y tecnología, educación de la ciencia y en solicitud de patentes.
Qué significa lo anterior, que México no está produciendo conocimiento, los avances científicos y tecnológicos en todos los ámbitos los tenemos que comprar y nos salen muy caros.
Pero qué tal despilfarramos recursos en campañas políticas, en sueldos exorbitantes para los funcionarios públicos, en maquinaria obsoleta, en automóviles caros, en remodelación de oficinas, en tiempo aire de celulares.
Como quién dice, el aparato burocrático de alto nivel lleva vida de millonario, en un país donde un simple virus de gripa mata a los ciudadanos, porque no tenemos ni laboratorios, ni medicamentos, ni vacunas para analizarlo y combatirlo.
LA FRASE
“No invertir en ciencia sale muy caro: sólo en 2005 pagamos más de 2 mil millones de dólares por la compra de tecnología, estamos pagando la factura de no tener la infraestructura instalada para analizar un virus que le afecta a nuestra población y que tuvimos que mandar a estudiar a Estados Unidos y Canadá”, Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias.
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