En la columna anterior hablé de lo que teóricamente significaba la masculinidad y en esta ocasión presentaré dos casos de hombres que se han hecho responsables de sus acciones y actitudes respecto a la propia.
Tal cual, la canción pop, “Los chicos no lloran”, refleja el pensamiento colectivo, donde los hombres reprimen sus sentimientos porque así lo dicta la sociedad, en donde se manifiesta la masculinidad hegemónica o tradicional, la cual se repite en todos los niveles sociales, zonas geográficas, etnias, preferencias sexuales y grupos socioculturales.
Podrán preguntarse de la afirmación anterior si las personas LGBT pueden ser machistas y en lo personal me ha tocado casos en los cuales ellos pueden juzgar a las mujeres que ejercen su sexualidad libremente, sin embargo se ofenden si ellos son juzgados.
Adrián, es su nombre ficticio, confesó haber sido violento, por lo cual casi perdía a su familia, pero afortunadamente pudo rehabilitarse en aproximadamente dos años, gracias a grupos de apoyo y psicólogos.
“Gracias a ellos (los grupos de apoyo del DIF y los psicólogos) descubrí que un hombre además de ser un buen proveedor en el hogar, estar libre de prejuicios sociales, amoroso, tierno y brindar seguridad a su familia”, explicó Adrián.
Confesó que unas de las cosas que le ayudó a salir de esa racha fue acercase a Dios, y una de las acciones que marcó esa espiritualidad fue leer la primera carta de Juan que se encuentra en la Biblia, las veces que fueran necesarias.
“Dice cosas muy buenas. También Cantar de cantares, que son como poesía, pero te enseñan sobre el amor”, argumentó.
El artista plástico mexicano, quien recientemente expondrá en Miami, Florida, Alejandro Guerrero “Chanate”, pintó también sobre las masculinidades en un mural al que tituló “Desenterrando”.
En sus palabras, Alejandro Guerrero mediante su trabajo expuesto al público, reflexiona sobre las conductas misóginas y patrones sociales con los que crecemos desde niños y propone que mediante el reconocimiento de las mismas reconstruirnos como personas y sociedad, y así lograr ser más empáticos y consientes.
Finalmente, la masculinidad es un acto social que se puede modificar con educación preventiva durante la infancia o juventud, o ya sea en la etapa adulta, que finalmente repercute en que existan mejores hombres con mayor conciencia, disminuya la violencia contra las mujeres y sean más conscientes.
Dentro del portal del Gobierno de México, existe información relacionada a este tema, como parte de una campaña de la Comisión Nacional para erradicar la violencia en contra las mujeres, donde cita: Se puede ser hombre y ser miedoso, tierno, coqueto, débil, pacífico, paternal, cuidadoso, etc., siéntete libre de construir tu propia identidad masculina libre de estereotipos de género.
¡Súmate a la campaña #NosotrosPorEllas!