Río de Janeiro, Brasil.-
Siempre es muy difícil jugar con Brasil, más cuando es en un Mundial y mucho más si están de local.
A México lo vi muy bien, sin miedo escénico, asumiendo el control del partido y con un Guillermo Ochoa brillante.
En el segundo tiempo el equipo mexicano fue el dueño absoluto del partido.
Manejó la pelota, manejó el partido y redujo a Brasil a buscar algún arresto individual de Neymar y compañía.
Con un poco más de suerte en la definición, creo que México debió de haber ganado el partido.
Y aunque Brasil tuvo las opciones más claras, muchas de las acciones que conjuró Ochoa no fueron por desarrollo del equipo, sino por jugadas fortuitas.
Creo que México va a hacer un gran Mundial.
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