Desde que empezaron las precampañas por la alcaldía de Monterrey algo no andaba bien en Movimiento Ciudadano. Por ser una figura pública en las redes sociales, y con la proyección que tenía en el DIF Capullos, hubiera jurado que los automóviles estarían tapizados con calcas de Mariana.
Algo olía mal desde diciembre de 2023 y que no tendría un feliz el 2 de junio de 2024 para la esposa de Samuel García que, si algo no faltaba, era presupuesto y espacios en algunos “medios amigos” de comunicación.
Recordaba las campañas ganadoras de Felipe de Jesús Cantú en el año 2000; de Ricardo Canavati en 2003; de Adalberto Madero en 2006; de Fernando Larrazabal en 2009; de Margarita Arellanes en 2012 y las de Adrián de la Garza en 2015 y 2018.
En esas contiendas, las brigadas de hombres y mujer que se ubicaban en los principales cruceros de Monterrey se daban el gusto poniendo calcas y viniles microperforados con la foto de los aspirantes. Pero entre 2023 y 2024 algo extraño estaba pasando en la aceptación naranja.
Y el rechazo de los automovilistas a las calcas de Mariana no era por culpa de quienes, en la mente de los que manejan los presupuestos de comunicación del Estado, eran “medios enemigos” que apoyaban a Adrián de la Garza. Algo absolutamente falso, refiriéndome a Hora Cero.
Conforme avanzaban las campañas en la capital de Nuevo León el conteo simple de un calcómetro pudo arrojar el dato sobre quién podía encabezar las simpatías acercándose la cita a votar. Pero sin metodología que avalara quién iba arriba en la contienda. Vaya, era un poco alimentar la curiosidad.
En cuanto a la lucha por la gubernatura, lo que pasó este año en Monterrey por la alcaldía no tenía ninguna comparación con “El Bronco” en 2015 o con Samuel García en 2021, cuando los automovilistas se peleaban por lucir en sus vehículos una calca o un vinil.
Si bien se veía más propaganda de Mariana sobre cuatro ruedas comparada con la de Adrián, era notorio el rechazo de los propietarios de vehículos a traerlas pegadas en una mayor cantidad, la menos que fueran obligados por ser trabajadores del Estado o de municipios a favor de equis candidato(a).
Todo lo contrario a la estrategia de calcas y viniles en automóviles fue la campaña aérea, donde había calle principal o avenida con un panorámico de la esposa de Samuel. Algunos que todavía cubren cientos de metros cuadrados en las laterales de edificios.
Parecía una competencia dispareja de Mariana contra Adrian, “Pato” Zambrano y Adalberto Madero juntos, y que se reflejaría en los números de las encuestas de verdad, no en las falsa como parte de una campaña. Pero no fue así.
Al menos en cuatro mediciones que hizo Hora Cero Encuestas, la primera contratada y entregada el 22 de diciembre a un empresario de San Pedro del cual me reservo su nombre -cumpliendo con respetar el anonimato de los clientes-, Mariana siempre estuvo abajo de Adrián entre 5.2 puntos y 9.4.
Sobre esa encuesta del 5.2 puntos arriba y Mariana en segundo lugar, supe en su momento, aunque luego Adrián no lo aceptó en una charla posterior a una entrevista que tuve con él este viernes 7 de junio, que influyó para que analizara seriamente buscar por tercera vez la alcaldía regia.
Siempre recordaré cuando Samuel García, el 3 de enero, me escribió por WhatsApp interesado en contratarnos una encuesta de Monterrey, y le respondí que días atrás habíamos entregado una y tenía que esperar al menos un mes para hacer otra en caso de que el cliente no renovara. Por las reglas de Hora Cero Encuestas otra persona llevaba mano antes que el gobernador.
—¿Y cómo va mi mujer?—me preguntó. Y le respondí sin dudar un segundo: “No te puedo decir. Soy muy ético”.
La verdad es que yo sabía cómo estaba la fotografía del día en diciembre de 2023: para ganar Monterrey Mariana no solamente debía tener todo el apoyo de su esposo, sino algo más para convencer a la mayoría del electorado y derrotar a Adrián de la
Garza.
El final de la historia ya se sabe.