Por horas me resistí a ver y escuchar el discurso -con un estilo de Su Santidad- del conductor de Multimedios Ernesto Chavana, que antecedió a la explicación de una de sus edecanes exhibida en un video en una escena de sexo explícito de nombre Vivian Cepeda.
No sabía si reír o llorar por el monólogo de quien ha convertido en una mina de oro una copia casi exacta de una producción argentina de la década de los 80, conducido por el fallecido cómico Jorge Porcel… y sus Gatitas.
Su nada original productor Mauricio Alatorre, radicado en Houston, Texas, sabe muy bien de esos asuntos que ponen a la edecán en el centro entre el repudio y el morbo. Y por eso mismo, para los empleados de Multimedios era una bomba de tiempo que iba a tronar mas temprano que tarde.
Es impresionante que dentro la empresa de don Francisco A. González, porque sigue siendo el patrón aunque sus juniors impongan su voluntad, todo transcurre como si nada hubiera pasado, privilegiando el negocio aunque la imagen de Multimedios esté por el subsuelo.
El slogan “La imagen familiar” que por años identificó a Canal 12 de Multimedios, tiene años desde que se perdió, porque el trío Chavana-Alatorre-Vanzzini llevó a las pantallas programas, diálogos y personajes que rayan en la pornografía.
Donde no solamente en la barra nocturna sino en los vespertinos, aparece Mario Bezares, entre otras producciones de quinto mundo que no vale la pena mencionar, son claras invitaciones a promover la masturbación de niños en vivo y en directo por el Canal 12.
Lo peor del caso es que no hay autoridad que sancione este mugrero televisivo que por años ha sido consumido, y hay que decirlo, por las clases sociales carentes de educación que son mayoría en este México con más de 55 millones de personas que sobreviven en extrema pobreza.
Multimedios es el Playboy de los pobres en señal abierta, como en su tiempo se etiquetó a los periódicos vespertinos de Multimedios y Editora El Sol (El Norte).
Quiero preguntar: ¿qué piensan los padres de familia que permiten a sus hijas aparecer junto a conductores como Chavana y otros? Entendiendo que son jovencitas, muchas egresadas de una escuela de comunicación, actuación o modelaje, que sueñan con ser famosas.
Me viene otra interrogante: ¿A poco la familia González no está consciente que no bajan de pu… a todas las edecanes que cobran en su empresa, aunque no lo sean, sólo por el hecho de aparecer en minifalda y enseñando de más?
No me imagino lo reprimido que están personajes como el arquitecto Héctor Benavides y la casi monja María Julia Lafuente, que quisieran decir al aire todo lo que piensan del escándalo de la edecán Vivian.
Porque si Lafuente casi se traga viva y en vivo a la cantante Miley Cyrus, quien en su presentación en Monterrey perfumó con su trasero la bandera mexicana, ¿cuál sería su postura de las candentes escenas que circularon donde la protagonista era una empleada de Multimedios?
Es momento que los televidentes repudien y den la espalda a esa empresa, como pasó en la zona metropolitana de la Ciudad de México donde sus habitantes dieron la espalda a Televisa con el homenaje a Chespirito en el Estadio Azteca.
Televisa quiso manipular a los dolientes seguidores del creador de El Chavo del 8 pastoreándolos para llenar las 105 mil butacas del estadio, y apenas fueron 10 mil. Prueba de que cuando se quiere… se puede.
Quiero ver salir al primer patrocinador de los programas basura de Chavana; quiero saber de cancelación de contratos para amenizar campañas políticas y programas sociales de municipios; quiero escuchar un pronunciamiento de los González sobre modificar los contenidos de esos bodrios.
Quiero enterarme que los dueños del Grupo Soriana, originarios de una región (La Laguna de Coahuila) tan conservadora, cierren las puertas de sus centros comerciales a la patética caravana de Chavana.
De no suceder nada de eso, estaré seriamente considerando regresar a mi época de puberto adolescente porque, seguramente, de algo extraordinario en la televisión me estoy perdiendo.
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