Nadie extraña toda la basura
electoral colgada en las calles

Con la nueva Ley Electoral de Tamaulipas que se estrenó para estas elecciones, gran favor le hicieron a las ciudades y a sus habitantes, porque la contaminación visual con millones de pendones colgados en los postes ya era una burla.
Cuando falta un mes para que terminen las campañas, ni parece que hay. En otros años era imposible encontrar un espacio libre en un poste de alumbrado para colgar un pendón de equis candidato, con promesas casi siempre incumplidas y presumiendo una imagen, muchas veces de catálogo de cirujano estético.
Pero lo peor era cuando terminaban las elecciones, con toneladas de materiales plásticos que tenían que ser quitados para ser llevados a basureros o centros de reciclaje. Así fueron las elecciones, con un dispendio monetario que luego se convertía en desperdicio, como las mismas promesas de campaña, insisto.
Fue el año pasado, para las elecciones de diputados federales, cuando se estrenó la nueva Ley Electoral en Tamaulipas que reducía los tiempos y los gastos durante las campañas; y que controlaba la contratación de spots en televisión y radio que se convertían en resumideros de dineros inimaginables.
Si algo bueno dejó la elección presidencial de 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador fue víctima de los medios electrónicos que le colgaron la etiqueta de “un peligro para México”, fue precisamente el cambio drástico en la forma de hacer campañas a nivel federal, estatal y municipal.
Ya nunca más se podría enlodar la reputación de un candidato con costales de millones y millones de pesos puestos en las manos de los dueños de televisoras y radiodifusores que pautaban en sus programaciones, también, millones y millones de spots difamatorios.
Y jamás habría campañas que duraban hasta ocho o más/menos meses, teniendo como rehenes a los electores hasta la coronilla de promesas que pocas veces se convertían en realidad.
Ahora los candidatos deben salir a las calles. Usar los medios con moderación porque se exponen a amonestaciones o, en el peor de los casos, a ser castigados por los Tribunales Electorales.
Tarde, pero México se metió a la moda europea, donde las campañas duran apenas un suspiro. Por el bien de todos.