Esta frase, una vez dicha, nos aleja de ese aparente equilibrio emocional que supone debería darnos una relación de pareja; pero, ¿Qué pasa cuando llega lo inevitable?: ¡La ruptura!
Inicialmente y posterior al término de una relación, nos acompañará por algunos días y en algunos casos, varios meses, una sensación de vacío, como si “nos sobrara el tiempo”, o sintiéramos que “nos falta algo” para ser felices y es hasta cierto punto “normal”, pues en últimas fechas hacíamos todo o la mayor parte de nuestras actividades pensando en pareja, por ejemplo: compartir fiestas, reuniones, viajes, paseos, compras en fin, todo en pareja, digo, finalmente para eso es que decidimos estar dentro de una relación, para compartir tiempo, pensamientos, hobbies, y planear todo lo que se pueda en pareja y es ahí cuando nos volvemos dependientes emocionales. Pero, ¿Cómo le hago para cortar esa dependencia a mi anterior relación?
Lo primero que tienes que hacer, es mantener la calma, y pensar en lo que dejaste de hacer por compartir todo en pareja, por ejemplo: salir con tus amistades, ir de compras, hacer ejercicio, estudiar, ampliar tu círculo de amistades, ir a escalar montañas, leer un buen libro, ver tu película favorita, y aunque parezca irrelevante, el dormir sol@ es una deliciosa experiencia.
¡Dedícate tiempo!, ese que no tenías por estar dentro de una relación y comienza a experimentar el amor propio, si, ese que dejaste colgado en el armario pensando que ya no te hacía falta, pues creíste que ya lo tenías en tu relación de pareja y créeme que son totalmente diferentes.
Empecemos por entender que nuestro primer amor es el que vemos todas las mañanas frente al espejo y que si aprendiéramos a cuidarlo, mimarlo, amarlo, aceptarlo y consentirlo, no necesitaríamos depender de otra persona para sentirnos felices y completos; una relación de pareja es para compartir, no para depender, es ahí donde cabe mencionar una frase que dice:
¿Cómo puedes decir que amas a alguien, si no te amas a ti mismo?. Te invito a que reflexiones y pongas en una balanza lo que “perdiste” al estar con esa persona, o lo que “ganaste” al estar si ella. Recuerda que algunas veces perdiendo, ganas.
Licenciada en psicología clínica, con maestría en Salud Mental Comunitaria; doctorado en Administración Estratégica para pacientes con Depresión y Ansiedad, y actualmente estudiando maestría en Hipnosis Clínica y Terapia Familiar Breve Sistémica.